Una madre canaria solicita ayuda para reabrir el caso de su hijo condenado por abusos. El joven, de 26 años, cumple actualmente su pena de 11 años en una prisión de Londres. Fue juzgado en Inglaterra por un jurado popular y, según expone su madre, no existieron más pruebas que las declaraciones de los menores de los que supuestamente abusó. Ahora, sin recursos con los que poder afrontar los honorarios de un letrado que luche por reabrir el caso, Ana Luisa González ruega a las administraciones canarias que la asesoren para lograr que su hijo tenga "una defensa y un juicio justo".

José Castellano viajó a Londres cuando tenía 24 años. Los hechos por lo que se le juzgó se remontan a 2015. Comenzó a trabajar de au pair para "conocer mundo y aprender inglés". "Varios amigos lo animaron a viajar y se fue a conocer mundo", declara angustiada esta madre que está en tratamiento psicológico para poder afrontar la situación. Según cuenta, su hijo tuvo que afrontar, al llegar a la casa donde lo contrataron, el cuidado de dos niños "con dificultades".

"El siempre ha sido muy dinámico, abierto, amable...; pero se encontró con dos niños que necesitaban a alguien que fuera especialista", argumentó. Tras unos meses a su cargo, viendo que cuidarlos era insostenible, mantuvo, según relata su madre, una "fuerte discusión" con la madre de los menores.

Acabó su relación laboral con la familia y cambió de rumbo. Viajó a Italia para dedicarse a lo mismo (como canguro, cuidando niños) pero con lo que ganaba no llegaba a cubrir gastos. Regresó a Londres encontrándose con la sorpresa de que le había llegado una notificación en Tenerife donde se le denunciaba por abusos a dos menores: los dos niños que estaba cuidando y dos compañeros del colegio de estos.

Según su madre, al entrar a trabajar en una nueva casa "contó todo lo que pasaba". "En cinco días esa nueva familia lo denunció", detalló. Al final, fue juzgado por abusos a cinco menores de entre seis y doce años.

La mala suerte, expone esta santacrucera, es que nunca contó con un abogado. "Le pusieron uno de oficio como los de aquí, pero en la primera entrevista que tuvieron le dijo que se declarara culpable porque iban a perder; ahorramos entre toda la familia para pagar otros abogado pero lo que cobraba cada día aumentaba más y no pudimos asumirlo", reconoció. Al final, a última hora, "tuvo que ir a juicio con una abogada que ni conocía el caso ni se interesó", sentenció. "No se presentó ninguna prueba salvo las declaraciones de los chicos", analizó la madre.

"Hay muchas contradicciones y solo quiero que se haga una buena defensa. Sé que muchos pensarán que es culpable pero no hay ninguna prueba de que sea así y tenemos que creerlo", asumió.

De momento, su hijo cumple condena. Le llama siempre que puede pero el coste es muy caro. Durante todo este año no han podido viajar por no poder asumir el precio de los billetes, además de desconocer el idioma y sentirse impotentes por la situación.

"Él es un chico optimista y siempre intenta que nosotros estemos bien diciendo que se va a solucionar pero esto le queda muy grande porque no sabemos cómo hacerlo", valoró. "Tengo miedo de que pase el tiempo y siga allí porque cuando salga ya no será él y estará acabado, como estamos muertos en vida nosotros sin poder estar a su lado sabiendo que está bien", declaró.

Ana Luisa ya ha tocado todas las puertas que tenía a su alcance. Ha pedido reuniones con el mismo presidente del Gobierno, Fernando Clavijo, ha solicitado ayuda a la Delegación del Gobierno, el diputado del común en Canarias y a la defensora del pueblo en Madrid.

"Ya no sé que más hacer, salvo sentir el cariño de todo el barrio de Añaza, que se han portado tan bien conmigo y conocen a mi hijo y saben que es una excelente persona y me apoyan", sentenció. "Solo quiero que alguien me ayude, ni siquiera para saber si es inocente, sino para que se le juzgue de forma limpia", concluyó.