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Ciencia

Las microalgas se originaron en alta mar y no guardan relación con los vertidos

Un informe científico de la ULPGC descarta la toxicidad de las cianobacterias, transportadas por corrientes a las costas canarias, donde llegaron en "fase terminal"

De izquierda a derecha Antonio J. González Ramos, Javier Arístegui y Mar Benavides, durante la presentación del informe sobre las cianobacterias en la sede del ITC en la capital grancanaria. QUIQUE CURBELO

Los episodios de colonias de microalgas o cianobacterias ( Trichodesmium) que han afectado a las costas canarias este verano se originaron en alta mar por motivos climáticos y no guardan relación con los vertidos residuales. Esta es una de las conclusiones del estudio científico realizado por investigadores del Instituto de Oceanografía y Cambio Global de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria y del Institut de Recherche pour le Développement (Francia).

El informe refleja que dichas colonias, denominadas blooms de Trichodesmium en Canarias se formaron en alta mar por las temperaturas "anormalmente elevadas" entre junio y agosto, la casi desaparición de los alisios, unido a reiterados episodios de calimas. Circunstancias que, según indicó el coordinador del estudio, el catedrático de la ULPGC Javier Arístegui, puede guardar relación con el fenómeno climático El Niño ocurrido en 2016 en el Pacífico.

"Este verano las condiciones climáticas han sido anómalas, con calimas continuas, la velocidad del viento ha disminuido considerablemente, y los blooms han continuado formándose de forma que los episodios han durado más que en los años 2004 y 2011, fecha en la que se registraron estos eventos. Y esto ocurre después de El Niño en el Pacífico, un fenómeno que siempre produce una anomalía en el Atlántico un año después", apuntó el catedrático de Ecología, director del Servicio Integral de Tecnología Marina (Sitma) de la ULPGC y miembro del panel de expertos en Cambio Climático de las Naciones Unidas (ONU).

Arístegui, junto a los investigadores que han participado en el informe, Antonio González Ramos (ULPGC) y la experta mundial en cianobacterias Mar Benavides (Institut de Recherche pour le Développement), indicó que no existe ninguna evidencia científica que relacione la denominada crisis de microalgas con los vertidos. Las imágenes obtenidas por satélites y las fotografías tomadas desde helicóptero, muestran que los blooms de cianobacterias se formaron en alta mar y fueron transportados en superficie hacia las zonas costeras por medio de corrientes locales.

"De hecho, una vez arrastradas las manchas a la costa, quedaban a menudo retenidas en playas, bahías y muelles, adquiriendo el agua un aspecto lechoso y de olor desagradable de color verde o púrpura, lo que indica que el bloom estaba en fase terminal (PCD), sin capacidad de reactivarse por ningún aporte de nutrientes, vertiendo al medio gran cantidad de materia orgánica, amonio y otros metabolitos", recoge el citado informe.

Respecto al riesgo de estas microalgas para las personas, los expertos aseguran que no existe un sólo caso registrado en el mundo de toxicidad. "Durante la fase terminal de los blooms, Trichodesmium vierte al medio enormes cantidades de amonio, pigmentos y materia orgánica, junto con otros metabolitos secundarios como toxinas. Apenas hay una decena de estudios que hayan tratado los efectos de la toxicidad de Trichodesmium, y no conocemos casos registrados de toxicidad directa sobre personas (más allá de procesos de dermatitis, irritación de mucosas o estrés respiratorio)", y aseguran que las actuaciones en países como Australia donde este fenómeno es muy frecuente, recomiendan simplemente no bañarse cerca de manchas de estas microalgas, e informan del carácter nocivo pero no tóxico en humanos de la cianobacteria.

De hecho la investigadora del Institut de Recherche pour le Développement apuntó que, en primera instancia, el Trichodesmium produce la mitad del Nitrógeno en el mar, "y más que como un alga maligna se considera la samaritana de los océanos, porque produce el nutriente gracias al cual el océano puede absorber CO2. Del oxígeno que respiramos gran parte se lo debemos a estas ciano-bacterias", y añadió que el reto está en estudiar si son capaces de generar blooms de otras micoalgas más tóxicas.

El informe recoge que la liberación al medio de carbono y nitrógeno en exceso -proceso que se produce tras el colapso y hundimiento de los blooms de Trichodesmium puede provocar el crecimiento de especies tóxicas de otros tipos de fitoplancton, las denominadas "mareas rojas" de dinoflagelados, algo que viene ocurriendo desde hace más de dos décadas en el Golfo de México. "Recomendamos estudiar la conexión entre estos procesos, que puede llevar al desarrollo de "mareas rojas", subrayó Benavides.

En los próximos días, los investigadores iniciarán una expedición por el Sur de Gran Canaria, para analizar los blooms de Trichodesmium, especialmente en zonas de vertidos. "Vamos a muestrear desde la costa a las aguas abiertas donde se va diluyendo los vertidos, se estudiarán los niveles de fijación de Nitrógenos y vamos a medir el ADN para identificar si realmente es Trichodesmium, o es otra especie distinta; y cuáles son las vías metabólicas que están activas.

González Ramos añadió que también se va a poner el acento en el estudio de las calimas "porque encierra gran parte de las respuestas que tenemos en este tipo de eventos, sobre todo las tallas más pequeñas de polvo blanco que es el que puede contener formas de fósforo y hierro solubles". La semana que viene vamos a volar un dron con una cámara hiperespectral para tomar registros de la situación de cada uno de los bloom en muerte programada o en desarrollo en expansión que generan distintas coloraciones para tener la huella espectral que nos permitirá en el futuro, a través de imágenes de satélite, saber el área de distribución real".

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