El papa Francisco celebró ayer ante 400.000 personas una misa en Villavicencio, una de las ciudades colombianas más golpeadas por el conflicto armado, y allí dio su personal consejo de cómo debe ser la verdadera reconciliación. El Papa llegó acercándose a la gente de una ciudad golpeada por 53 años de conflicto para lanzar el mensaje que le ha llevado a este viaje a Colombia, adonde arribó el miércoles y donde permanecerá hasta mañana.

"La reconciliación se concreta y consolida con el aporte de todos, permite construir el futuro y hace crecer la esperanza. Todo esfuerzo de paz sin un compromiso sincero de reconciliación será un fracaso", dijo el papa Francisco durante la homilía.

La misa comenzó con un primer momento simbólico cuando, a su llegada fue recibido por la 'guardia indígena', formada por miembros de comunidades llegadas de distintas partes de Colombia que formaron para él una calle de honor. Como regalo recibió un collar de los nativos y un sombrero 'vueltiao', símbolo cultural de Colombia, que no dudó en ponerse.