Mide 1,60 metros, pesa 90 kilos, habla español, inglés y ruso, y no olvida una cara amiga. Estas son algunas de las características de la nueva guía que se ha incorporado a la plantilla del Museo Elder de la Ciencia y La Tecnología de Las Palmas de Gran Canaria, una robot autómata, la primera en activo en España, que ha disparado el número de visitantes al centro en sus primeras semanas de trabajo. Grandes y pequeños caen rendidos ante sus encantos y no se marchan sin hacerse una foto con ella.

"Hace tres semanas que Ada está con nosotros, aunque se lleva programando desde hace unos dos meses. El robot viene de Rusia, fabricado por la empresa Alpha Robotics y en estos momentos estamos en la fase de programación para personalizarlo en el Museo, porque la gente no sólo le pregunta cosas relacionadas con la oferta de Elder, que es su cometido, sino por todo tipo de curiosidades de índole personal", indicó José Ruano, coordinador de Informática y Robótica del Museo situado en el parque Santa Catalina de la capital grancanaria.

¿Cuál es tu color preferido?, ¿tienes novio? o ¿qué edad tienes?, son algunas de las preguntas más frecuentes a las que se enfrenta a diario la guía robot por parte de los usuarios, a pesar de no tener nada que ver con sus competencias; además de otras muy singulares como, ¿te gustan los espaguetis?

Gracias a sus programadores, Ada intenta dar respuesta a todas las curiosidades, incluso a las más indiscretas, de forma que ya sabemos que su color preferido es el amarillo; que si tiene novio "pero está de belingo", y sobre los años no duda en reprender: "A una mujer nunca se le pregunta la edad". Respecto a los espaguetis, muy amablemente le indica al usuario "recuerda que soy un robot, pero me han dicho que el potaje de berros es muy bueno".

Esta novedad tecnológica, no sólo en Canarias sino a nivel nacional, ha disparado la afluencia de público en el Museo Elder. Su función principal es la atención al público y las rutas guiadas por las distintas salas de la entidad. "Está programada para recibir a los visitantes en la entrada, hacer con ellos las distintas rutas como la de tecnología, explicar los diferentes módulos interactivos en la sala y atender a las preguntas que le haga el visitante", afirmó Ruano sobre la autómata, que tiene un sistema de posicionamiento global que le permite desplazarse por todo el centro sin problemas, de forma que es un robot autónomo, totalmente independiente al que no hay que controlar.

"Desde que está en el museo ha habido un boom de público, junto con NAOS, un robot pequeño que también es parte de la oferta del recinto. El primer fin de semana que se presentó al público como experiencia piloto, superó todas las expectativas de visitas. "Todo el mundo quería ver a Ada, y sacarse un selfie con ella. Al principio los niños más pequeños tienen cierto miedo, porque es grande, pero cuando empieza a hablar y a tratar al pequeño de forma más directa, éste empieza a interactuar. Cada vez viene más gente, incluso de otras islas. El primer fin de semana vino un grupo de Tenerife exclusivamente a verla. En ese momento estaba en período de descanso para cargar, y no se fueron hasta que no la sacamos, se hicieron fotos con Ada y le preguntaron todo lo que quisieron".

Una de las cualidades del robot es su capacidad para recordar a todos los visitantes que interactúen con ella, ya que no olvida una cara. Está programada para identificar a niños y mayores, gracias a las cámaras de alta resolución que tiene en la cabeza y en la espalda. "Ella le pregunta a la persona si quiere que la reconozca la próxima vez que vaya al Museo y, si accede, en segundos le hace un reconocimiento facial, registra su nombre, y se convierte en una amiga que no le olvida".