Cada año se detectan en España unos 40.000 nuevos casos de Alzheimer pero pese a ello, según calcula la Sociedad Española de Neurología (SEN), entre un 30 y 40% de todos los casos están sin diagnosticar, cifra que se eleva hasta a un 80% de los estadios más leves.

"A pesar de que las quejas de memoria son uno de los principales motivos de consulta neurológica existe un infradiagnóstico llamativo de los casos de demencia, sobre todo en estadios leves, por falta de concienciación familiar y de profesionales sanitarios", ha destacado la coordinadora del Grupo de Estudio de Conducta y Demencias de esta sociedad científica, Sagrario Manzano, con motivo del Día Mundial del Alzheimer. En España el 18,5% de los pacientes que acuden a una consulta de Neurología lo hacen por alteraciones de memoria o sospecha de deterioro cognitivo, primera causa de consulta neurológica en mayores de 65 años.

La SEN recuerda que la aparición de la enfermedad está directamente relacionada con el progresivo envejecimiento de la población y, por ello, estiman que el número de casos irá en aumento en los próximos años.

"En los últimos 30 años la proporción de personas mayores de 65 años ha aumentado considerablemente, y también lo ha hecho el número de enfermedades neurodegenerativas crónicas, especialmente las demencias. Además, España es uno de los países del mundo con mayor proporción de enfermos de demencia entre su población de más de 60 años", según Manzano.

Por ello, a la espera de que la comunidad científica consiga encontrar un tratamiento curativo para la enfermedad, la SEN recuerda que la clave está en intentar abordarla en sus primeras fases dado que existen fármacos que logran mantener durante un tiempo el estado neuropsicológico y funcional del paciente.

Asimismo, ha insistido en la necesidad de fomentar los hábitos saludables para combatir los factores de riesgo, ya que estiman que así se podrían reducir hasta un 40 por ciento los casos o, al menos, retrasar el debut clínico de la enfermedad.

En ese sentido, el ejercicio físico regular y no explosivo se asocia a un mantenimiento de la función cognitiva y a un retraso del comienzo de la enfermedad, mientras que mantener las conexiones sociales y fomentar sentimientos de autoeficacia y autoestima conforman la denominada actividad social se relaciona con el mantenimiento de la función cerebral.