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Solidaridad

"Ya dejamos huella ecológica en el planeta, de extinción y devastación"

"La espiritualidad no está vinculada a una religión concreta, sino al ámbito de valores y transcendencia", reseña María del Mar Magallón, directora de Alboan

"Ya dejamos huella ecológica en el planeta, de extinción y devastación"

Uno de los objetivos de Alboan es algo tan difícil como ampliar el concepto de ciudadanía basado en el estado-nación al de una ciudadanía global que responda a los desafíos a los que se enfrenta la humanidad ¿Cómo creen poder lograrlo?

Por su forma de articular la pregunta parece que lo considera imposible, pero tiene que intentarse, sobre todo, porque necesitamos conseguirlo, ya que cada día vemos más claramente que a los desafíos a los que como humanidad y como planeta nos enfrentamos de manera conjunta debemos responder de forma global.

¿Por ejemplo?

Está claro que no podemos solucionar el problema de cambio climático desde el ámbito del estado-nación, necesitamos una serie de acuerdos que sean de ámbito global, mundial, lo mismo sucede con toda la problemática vinculada a los movimientos migratorios, también necesitamos afrontar globalmente el problema de los refugiados, ya sean por motivos políticos o económicos. Pero la cosa no acaba ahí, porque toda la desigualdad existente tiene que ver con los modelos de producción y consumo, o sea con factores interrelacionados, por lo tanto hay que afrontarlos en los países donde se producen los bienes y en los que se consumen.

Trabajando por la construcción de esa ciudadanía global ¿qué opinión le merecen la reciente aparición de dos fenómenos que actúan poderosamente en contra de ese objetivo como son el triunfo de Trump o el Brexit ?

Como puede imaginarse no puedo estar a favor, pero lo interesante de ambos es que demuestran lo que acabo de decir, debemos crear una ciudadanía con una visión global, que tenga una mirada crítica, con una voluntad de unir más que de separar, que asuma que no estamos solos en el planeta, algo que en el primer mundo se suele olvidar muy a menudo.

Creo que los factores económicos y sociales no están ayudando al respecto, supongo que habrán tenido algún problema con estas dos tendencias.

Son realidades por las que Alboan se pone en movimiento. Cuando se celebró el referéndum en Colombia para validar los acuerdos de paz, los resultados fueron sorprendentes, pero en vez de desalentarnos no hicieron más que confirmarnos que tenemos que seguir incrementando nuestros esfuerzos, continuar insistiendo y hablando de la necesidad de construir esta ciudadanía con una mirada global, crítica, con capacidad de responsabilizarse de la propia vida y de las vidas del resto de la humanidad, dotada de una conciencia ecológica y medioambiental, una ciudadanía que sepa gestionar la diversidad.

La islamofobia está haciendo que todo camine en la dirección contraria.

Efectivamente, pero la islamofobia demuestra que debe existir una ciudadanía que no le asuste lo diferente, con habilidades para la interculturalidad y para la convivencia. Si no lo hacemos así, los hechos demuestran que cuando no somos capaces de atender a esa diversidad, ella toca a nuestra puerta.

Cada vez más gente piensa que ya es demasiado tarde para actuar, los problemas del planeta han llegado a un punto de no retorno.

Creo que hay cuestiones que ya no vamos a poder recuperar, como la extinción de miles de especies y las que desaparecerán, principalmente, por efecto de la acción humana. En cuanto al cambio climático, es irreversible, ya estamos en él, sufriendo sus consecuencias.

¿Entonces no se puede hacer nada para evitarlo?

Lo único que podremos hacer es que no vaya a más o, al menos, tratar de ralentizarlo, disminuir la velocidad a la que se está dando. Creo que no es tarde, es el momento de emprender un cambio y modificar nuestros modos de vida, pero ciertamente el cambio climático es tan impresionante que debe hacernos reflexionar que como seres humanos ya hemos dejado una huella ecológica en el planeta, y es de extinción, de devastación.

Al ser una ONG de cooperación al desarrollo promovida por los jesuitas, Alboan tiene la espiritualidad como dimensión en el horizonte de desarrollo humano.

Creemos que la espiritualidad no está vinculada a una religión concreta, sino que forma parte de ese ámbito de valores, de trascendencia, de esas preguntas que nos hacemos todos los seres humanos en algún momento: ¿qué hacemos aquí?, ¿para qué hemos venido?, ¿cuál es nuestro lugar en la vida? Por eso creemos que la espiritualidad forma parte del desarrollo humano, que las personas no solo tenemos necesidades materiales como la alimentación, el trabajo, la salud o la educación, sino también una necesidad de conectar con nuestro yo profundo y con ese sentido de la vida.

¿Por eso en ocasiones apoyan iniciativas de otras organizaciones que tienen que ver con el desarrollo de esta dimensión de la persona?

A la hora de hablar de ciudadanía global, de nuevo, nos parece que la espiritualidad es una dimensión muy importante para la construcción de esa ciudadanía, porque la ciudadanía que piense en el bien común y en el futuro de la humanidad requerirá de una espiritualidad que sostenga su esperanza. Necesitamos tener una tierra sobre la que pisar y mantenernos firmes porque el proceso y el trabajo no serán sencillos.

¿Ayuda el hecho de que el papa Francisco sea jesuita?

Creo que a Alboan en concreto no, quizás habrá ayudado más a que algunas personas que tengan una vocación religiosa a lo mejor el papa Francisco les habrá llevado a plantearse que esa vocación puede ser ingresar en la Compañía de Jesús. Lo que sí nos ha ayudado es lo que dice, no tanto porque sea jesuita, sino por las posturas que va tomando, los discursos, las encíclicas y las reflexiones que va generando y compartiendo con el mundo.

¿Qué tienen de particular?

Son fundamentales, porque él es un referente para la humanidad, especialmente para los católicos, y se está posicionando con mucha claridad, con un discurso muy diáfano, que para nosotros constituye un mensaje muy inspirador en el que poder basarnos y fundamentar nuestro propio discurso.

¿San Ignacio de Loyola puede ser visto como un ejemplo de ayuda a los demás?

Ignacio de Loyola puede ser visto como un gran hombre, un ejemplo de ayuda a los demás, pero sobre todo podemos aprender de él que fue un hombre que supo mirar a su sociedad y al mundo que lo rodeaba de una manera especial, siempre viendo en él y en sus dinámicas algo positivo, en lo que se podía colaborar, eso es algo importante hoy en día, considerar que en el mundo siempre hay gente y dinámicas que son de vida, de transformación, de energía, y esas son a las que nos debemos enganchar y colaborar.

En una época como la actual parece muy inspirador.

En la actualidad es difícil descubrir por donde se gestan buenas prácticas, experiencias de convivencia, relaciones humanas positivas y gratuitas cuando lo que generalmente se nos transmite a través de los medios y las conversaciones diarias son experiencias negativas, dificultades para convivir, dinámicas destructivas. Por lo tanto creo que en ese sentido Ignacio puede aportarnos una mirada constructiva y de esperanza, que nos lleve a convencernos que sacando lo mejor de nosotros mismos podemos transformar a las personas.

¿Y los ejercicios espirituales?

Bueno, como otras muchas propuestas espirituales forman parte de la base de muchas personas de buena voluntad que quieren cambiar el mundo.

Basándose en su experiencia ¿cree que este continente junto al que vivimos tiene futuro?

Sin lugar a dudas África es por antonomasia el continente explotado, devastado y del que todos se están aprovechando, a pesar de que como todos los continentes es muy diverso. Está muchísimo peor que América Latina, que principalmente tiene un problema muy grande de desigualdad, hay gente que vive con altos niveles de riqueza, lo cual contrasta terriblemente con las poblaciones que sobreviven en la pobreza más absoluta.

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