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Educación

A debate el uniforme del cole

Se extiende el debate entre padres y madres, profesorado y alumnos sobre la posibilidad de vestir "unisex"

A debate el uniforme del cole

Inglaterra, país de poetas y grandes oradores, tira una bomba que supone un triunfo para algunos, una derrota para otros; los uniformes ya no marcan la diferencia. Al sur del país, el colegio Priory buscó evitar los problemas de desigualdad, callar las quejas de unos y de otros. Los que no querían llevar faldas, los que no querían llevar corbata. Sus debates concluyeron en lo que se definiría como "uniforme unisex", único para todos, niños y niñas. Y acabó el silencio. Toda noticia conlleva una opinión. Toda opinión, crea discusión. ¿A favor o en contra?

Es un hecho que los uniformes son símbolo de los colegios de todas las clases. Pero la idoneidad de este depende de muchas vertientes. Entran otra vez las palabras clave de comodidad, estilo, igualdad. Los profesores, los alumnos, y los padres de estos tienen opiniones diversas sobre el tema.

Las niñas quieren verse guapas y femeninas por una parte, pero cómodas y seguras por otra. La falda pica, da calor y te imposibilita para correr, saltar o jugar sin que se te vea la ropa interior. Pero los pantalones no le quedan bien a todo el mundo. Entonces, ¿qué? "Yo creo que está bien tener falda en el colegio. Así aprendemos cómo sentarnos, cómo caminar... Además estéticamente la falda nos queda mejor a todas", opina Alejandra, alumna de 2º de Bachillerato. "Yo me veo más mona con falda. Sí que es incómoda a la hora de jugar en el patio, pero preferiría que me dieran permiso para ponerme un chándal en el recreo antes de que cambiasen el uniforme por completo", continuó Marta, alumna de 4º de la ESO. Parece que "las mayores" hablan a favor de la falda, la coquetería gana.

"Hace dos años, mi hija pequeña tuvo una obra teatral en el colegio sobre los niños huérfanos que educó San Juan Bosco. Niños y niñas tenían que ir vestidos de lazarillos, con pantalones cortos y tirantes. Mi hija, que estaba en quinto de primaria, montó un drama porque no le gustaba el pantalón. Decía; mamá, ¿por qué tenemos que llevar pantalones y los niños no llevan falda?", ríe Doris Calderín, presidenta del AMPA del colegio Mª Auxiliadora en Telde. "Sin embargo, haciendo una encuesta sobre el tema de la falda en el colegio, tanto a los alumnos como a los padres de estos, una gran parte estaba a favor de un uniforme unisex que eliminase la falda." Las razones que daban los padres, según cuenta Calderín, oscilaban en que, de ese modo, todos los niños estaban igual de cómodos, se evitaba la diferencia de sexos y era útil para la reutilización entre hermanos y hermanas. "También habían familias que, más que un uniforme unisex, abogaban por que la elección fuese de los propios alumnos; llevar falda o pantalón", explica Calderín.

"El colegio es un lugar de socialización, y dentro de él buscan una seguridad. Los chicos buscan afianzar su personalidad en la ropa con marcas, sobre todo en las playeras y hacer evidente que son deportistas. En cambio, te encuentras chicas que buscan una seguridad estética. Si una niña no se gusta con unos pantalones no se los va a poner. En primaria no hay muchas diferencias de chicos y chicas en sus juegos, así que ves a las niñas que debajo de las faldas se ponen pantalones de deporte. Es la edad de la gimnasia, pero tienen desarrollado el sentido del pudor, así que no quieren que se les vea la ropa interior", cuenta Adela Meirás, profesora del Atlantic School. "Me parece que el diseño de un uniforme unisex sería un poquito complicado. A no ser que fuese la tendencia tipo chándal, que es una ropa que se adapta mejor al cuerpo y permite mayor flexibilidad. Pero un uniforme de diseño, estético al gusto de todos, sería difícil. Creo que es totalmente opinable. Si hicieras una encuesta en una clase te encontrarías opiniones distintas casi por cabeza." Adela, que lleva 22 ejerciendo como profesora en su centro docente, considera que "el uniforme es una ropa de trabajo, y una ropa de juego. Quizá a la hora de clase nadie está incómodo, pero lo que marca más es el momento social y lúdico: los recreos, los intercambios, el transporte... Así que según ese momento, y según las edades, buscarán o la belleza o la capacidad de moverse sin ningún compromiso."

A la hora del recreo, el patio de Atlantic School se llena de niños y niñas de todas las edades. Algunos se tiran en el suelo ("los mayores") para hablar con sus compañeros y comerse el bocadillo de la merienda, envuelto en platina o papel de cocina. Otros se enfrentan ("los pequeños") en una dura competición de voley-ball, o en partido de fútbol. Las niñas más pequeñas, por norma general, buscan la comodidad por encima del estilo, de lo que todavía no son conscientes. "Prefiero el pantalón antes que la falda. Con el viento se te sube, los pantalones no. Además siempre te están diciendo; bájate la faldita, colócatela bien, derechita... Los pantalones te los pones y ya está", reivindica Anjana, de 13 años. "Me gusta el diseño, pero es insegura. Con cualquier movimiento se te ve la ropa interior...", comenta una compañera de la misma edad. "Si me diesen a elegir cambiaría a pantalón."

Las opiniones varían. Entonces, ¿qué solución hay? Juana Teresa Gil, que forma parte del Consejo Escolar del colegio de su hijo, concluye que la solución estaría en hacer un consenso entre padres, alumnos y profesorado.

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