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Salud

El cerebro, entre la ficción y la ciencia

Ayoze González arroja luz sobre las falsas creencias que circulan sobre el órgano vital más complejo

Ayoze González, neurólogo del Hospital San Roque. TONY HERNÁNDEZ

Lucy, la película de Luc Besson que protagoniza Scarlett Johansson, arranca con la máxima de que sólo utilizamos un 10% del cerebro. Esta creencia, tan extendida en la cultura popular que ha trascendido incluso a la gran pantalla, es totalmente falsa, uno de los muchos mitos que giran entorno a este órgano, el más complejo y desconocido hasta el momento. No obstante, la ciencia ha dado pasos de gigantes en la Neurología, desmantelando las falsas creencias de que una parte del cerebro domina a la otra, que mientras dormimos permanece inactivo, o que el aprendizaje es patrimonio de la infancia.

Así lo explica el neurólogo del Hospital San Roque de Las Palmas de Gran Canaria, Ayoze González, quien ha desgranado los principales mitos del cerebro. Respecto a la creencia de que los humanos sólo utilizan el 10% de su capacidad cerebral, el especialista apuntó que surge para explicar otras fábulas como que la capacidad extrasensorial existía, o que la telequinesia o la telepatía son posibles.

"Lo cierto es que utilizamos la mayor parte del cerebro, pero no todo a la vez. Las conexiones a estas redes neuronales se van activando dependiendo de la función que realicemos. Cuando yo estoy hablando, por ejemplo, no tengo las mismas áreas cerebrales activas que cuando escucho, o cuando pienso en una operación matemática o ejecuto un movimiento".

González indicó que los estudios de neuroimagen funcional son los que han arrojado luz en torno a esta falsa creencia, ya que durante muchos años se consideró al cerebro como un espacio estanco en el que el lenguaje estaba en una zona, el razonamiento matemático en otra... "Pero no funciona así, tenemos miles de millones de neuronas interconectadas entre ellas como redes y circuitos neuronales".

Otro mito muy extendido desde los años 50 es la existencia de una dominancia izquierda-derecha, y surge a raíz de diferentes estudios en pacientes epilépticos en los que se veía que cuando se intervenía el cuerpo calloso, un área de sustancia blanca que conecta los dos hemisferios, en los afectados por esta enfermedad, los dos hemisferios se desconectaban, y se veía que en el hemisferio derecho predominaban algunas funciones (capacidad visual, orientación espacial...), y en el izquierdo otras (lenguaje, capacidad analítica...). "A partir de ahí surgió la teoría de la predominancia, pero eso no es así. Gracias a los estudios de imagen funcional hoy sabemos que el cerebro funciona como un todo en el que hay muchas redes neuronales, en las que participa los dos hemisferios. El que haya unas personas con más habilidades analíticas que otras, por ejemplo, obedece a los tipos de conexiones que hay en esas redes neuronales", subrayó el neurólogo. "Pero aún hoy en día te encuentras en internet con test de dominancia cerebral, y esto realmente tiene muy poca validez científica", advirtió.

En este capítulos de mitos, el doctor González también señaló la falsa creencia de que mientras dormimos el cerebro está apagado. "Ni mucho menos", apuntó, "el dormir es un proceso activo en el que hay diferentes fases del sueño que sirven, entre otras cosas, para consolidar los recuerdos del día a día. Las personas que no duermen, además de estar más cansadas tienen mayor dificultad para mantener la atención, recordar..., y es porque el sueño es una fase activa en la que se van consolidando diferentes funciones cerebrales".

También se sigue pensando en la actualidad que la capacidad de aprendizaje está limitada por la edad, que es el cerebro del niño el que puede aprender porque en el del adulto no hay plasticidad neuronal. "Otro error, porque el cerebro es plástico, y eso quiere decir que puede modelar sus conexiones entre neuronas desde el nacimiento hasta que uno muere. Durante todas las etapas de la vida el cerebro es plástico, y los procesos de aprendizaje ocurren por esta plasticidad, no porque haya más número de neuronas. Cuando uno aprende no genera más neuronas, sino que las neuronas que tiene establecen más conexiones con otras neuronas y se van constituyendo circuitos más amplios en el que uno es capaz de adoptar funciones que no tenía. La capacidad de aprendizaje es continua durante toda la vida".

Una circunstancia que además cobra especial relevancia en el caso de enfermedades neurodegenerativas como el alzhéimer, donde hay una pérdida de neuronas mayor que en un envejecimiento normal. "Cuando una persona pierde neuronas, los circuitos en los que participa esas neuronas pierden su funcionalidad. Si en la fase inicial del alzhéimer potenciamos la estimulación cognitiva, potenciamos también que las neuronas sanas establezcan más conexiones con otras neuronas y adopten esa función. Así se favorece la neuroplasticidad, el cerebro es plástico durante toda la vida y eso puede tener sus implicaciones no sólo en el aprendizaje sino en el tratamiento de personas en las fases iniciales de las demencias".

Por último desmintió que las neuronas del Sistema Nervioso Central no tengan capacidad para regenerarse. "Cada vez hay más evidencia de que hay algunas áreas cerebrales del SNC en el que sí hay capacidad de regenerar neuronas. Se está trabajando mucho en los últimos años en intentar ver cuáles son los mecanismos por los que esas neuronas se regeneran para ver si eso se puede trasladar al tratamiento de pacientes de alzhéimer, párkinson... enfermedades en las que hay una pérdida neuronal avanzada", concluyó el especialista.

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