La Provincia - Diario de Las Palmas

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Entrevista a Renzo Rosso

"Donald Trump está haciendo mucho daño a nivel internacional"

"He sido muy valiente y un loco de la moda; siempre hay que arriesgar y ser diferente", afirma el propietario de la firma Diesel

Renzo Rosso cultiva la uva en los viñedos donde produce su vino MARTIN SCHOELLER

Su extraordinaria e incomparable sencillez en el trato, la forma de expresarse y su forma de ser y vestir esconde a una gran filántropo y un audaz hombre de negocios que le encanta mantener una relación cercana con sus trabajadores. Renzo Rosso es propietario de un imperio de moda en Italia y medio mundo con marcas como Diesel, Marni, Maison Margiela, Net-a-Porter, el vino de pequeña producción y gran calidad Bianco di Rosso, del que se muestra orgulloso; la marca de comida biológica NaturaSI, tiendas, hoteles, restaurantes y magníficas propiedades en su ciudad natal Brugine y Bassano di Grappa en el Veneto italiano.

Vive en Bassano, una preciosa y pequeña ciudad de Vicenza en el Veneto de Italia.

Es un lugar maravilloso. Se está convirtiendo en una ciudad joven y abierta a la noche, los bares están abiertos hasta las doce, hay música en vivo y cada vez viene más gente del los alrededores. La energía de la ciudad es muy interesante sobre todo en verano. Vivo cerca del famoso puente antiguo y ahí tenemos un pequeño museo donde puedes ver las réplicas de los puentes. Cada vez que vuelvo del trabajo a mi preciosa casa, que data de 1700, me siento como un príncipe, soy muy feliz viviendo ahí. La particularidad de esta casa es que está en medio de la ciudad, se pueden ver este tipo de palacetes fuera de la ciudad, pero no dentro.

Solo tiene un dormitorio en su casa de campo. ¿Por alguna razón especial?

Es una casa que solo tiene un dormitorio y la uso solo en ocasiones especiales. Está situada en un lugar magnífico en el que producimos vino. Querían vender el terreno y construir, pensé que si lo compraba lo mantendría en su estado natural y ahora es un oasis verde en medio de una zona industrial donde la gente puede pasear, correr y hacer deporte, está abierto al público, hay animales salvajes y mucha vegetación.

¿La moda cambia demasiado rápido hoy en día?

Cambia cada seis meses. Así que sale una colección nueva y con ello tienes que probar una vez más que sigues vivo. Es una industria que te mantiene joven de mente porque tienes que reinventarte cada seis meses, fijarte en lo que hace otra gente y ver que demanda el mercado. El último año ha sido más duro con el trabajo digital, el 25% de la venta de Diesel es ya on-line, hemos empezado a cerrar las pequeñas tiendas de las ciudades menores porque ya no son rentables.

¿La venta on line está revolucionando esta industria?

Sí, estamos reduciendo también el tamaño de las grandes tiendas y las más pequeñas porque el tráfico no es suficiente. Es muy cómodo comprar por Internet porque te permite estar en casa con tu familia, que el género te llegue a tu hogar, te puedas probar la ropa tranquilamente y si no te va bien la devuelves. Es otra manera de trabajar y nos tenemos que acostumbrar. Dependiendo del nivel y la orientación de la marca se trabaja de una manera u otra. Por ejemplo con nuestra marca Maison Margiela, que es ropa más exclusiva, no se puede trabajar mediante el see now, buy now (lo veo, lo compro) pero en el caso de Diesel, que es más comercial sí. La vida va muy rápido, si un influencer lo lleva la gente lo quiere ya, si no lo tienes disponible se olvida y has perdido la venta.

¿El consumidor se ha convertido en el rey de la moda?

Hoy en día todo gira alrededor del consumidor, puesto que es el que decide lo que quiere. Sobre todo ahora es importante estar en contacto con los millennials que son muy consumistas, las generaciones anteriores todavía se toman la molestia de ir de tiendas y pueden esperar si no hay algo en stock. Las generaciones anteriores son más leales a una marca, a los millennials no les importa nada, compran lo que quieren, lo que ven y ya está.

Los diseñadores defienden la idea de crear colecciones con más frecuencia y rapidez para evitar las copias y no llegar tarde al mercado, ¿esto significa un cambio de ruta en la industria?

Ahora producimos cada tres meses, fabricamos la precolección, la colección principal y pequeñas colecciones cápsula con estrellas como hicimos para Diesel con Naomi Campbell. Así que al final tienes seis o siete colecciones al año.

¿Cree que usted democratiza la moda con sus marcas?

Soy un hombre democrático y leal aunque no siempre se puede ser democrático en los negocios. Cuando se crea un vestido de John Galliano para Margiela, una de mis marcas más exclusivas, tiene una historia, unas ideas que tienen un coste y esto no te permite democratizar. Mis otras marcas como Diesel sí lo permiten. Crecí en vaqueros, Diesel es la marca que fundé y es mi bebé.

¿Se ha puesto al frente de la creatividad de Diesel para reconducir la marca ante los nuevos retos del mercado?

En estos momentos estoy muy involucrado en la marca Diesel, considero que he sido muy valiente y loco en muchos aspectos porque con Diesel hay que arriesgar y ser diferente. Diesel ha cambiado el mundo de la publicidad, de la moda y las formas de presentar un producto, pero los últimos ocho años he estado dedicado a hacer crecer otras marcas y Diesel perdió un poco la esencia cool que la caracterizaba porque la llevaba más un 'encargado'.

¿Cómo logró montar su imperio de moda?

Tras el éxito de Diesel compré otras marcas como Marni, Mansión Margiela, etcétera, hoteles, restaurantes y una compañía de comida biológico muy grande en Italia llamada NaturaSi. Me encanta ir a la granja donde se producen los productos y ver a la gente joven trabajando con ilusión, me abre la mente. Además estamos en Net-a-Porter que es la compañía de lujo on-line más importante del mundo y somos un grupo que vende 5.6 billones.

Pese a su éxito como empresario es una persona a la que le gusta mucho ayudar a la gente a través de sus fundaciones.

Creo que es una cuestión de educación. Mi padre me inculcó los valores de la vida. Soy amigo del Dalai Lama, cada año que viene a Europa nos encontramos. Él me dijo que era erróneo hacer donaciones sin mostrar quién eres. Me convenció en crear una fundación y así lo hice. Me dijo que si lo hacía con visibilidad habría mucha otra gente que me podía seguir. Empecé con la fundación en el 2002-2003.

¿Es usted budista?

No, tengo una educación católica recibida de mis padres pero trabajo con gente de todo el mundo, de diferente educación, cultura, religión y actitud. He hecho una mezcla de todo esto y mi religión es ser positivo y estar bien con los demás.

Sé que no le gusta hablar de política, pero ¿considera que España, Italia y los países del sur de Europa en general están viviendo momentos tan difíciles como nos cuentan?

La política actual es muy extraña ya que seguimos teniendo políticos que no quieren dejar su silla y quieren controlarlo todo, y tenemos las nuevas generaciones que quieren cambiar las cosas. De este modo surgen los conflictos y es complicado ir en una dirección. En Inglaterra ha sucedido con el brexit y en Italia no sabemos quién puede ganar. En el caso de Estados Unidos hay una reacción de la gente joven y de la era digital, diciendo 'Despertad'.

¿Estados Unidos se ha convertido en un problema para el empresario europeo?

Estados Unidos es un problema en sí mismo, el turismo y la industria de la moda han bajado muchísimo, no hay tráfico ni gente. Con el actual presidente, Donald Trump, quizá crezca la economía global pero está haciendo mucho daño a nivel internacional. No soy político ni tengo una bola de cristal para conocer el futuro pero puedo asegurar que no es una situación fácil.

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