El Gobierno de Canarias ha pedido a los ayuntamientos que adopten medidas preventivas ante la posibilidad de la llegada de tormentas tropicales como el Delta al Archipiélago en estos meses de otoño, según han confirmado fuentes oficiales. La comunicación se produjo durante una reunión celebrada recientemente entre los responsables de la Dirección General de Seguridad (DGSE) del Ejecutivo canario y representantes de los ayuntamientos de todas las Islas.

Las previsiones meteorológicas que ha recibido la DGSE apuntan a unas condiciones climáticas y medioambientales que pueden dar lugar a fenómenos adversos de origen tropical.

Las áreas de Seguridad de los ayuntamientos ya han comenzado a trabajar para intentar cumplir las recomendaciones del Gobierno de Canarias: campañas de limpieza de los barrancos, revisión y mejora de las redes de recogida de agua de lluvia (pluviales), revisión de la masa arbórea en parques, jardines y calles y la inspección de tendidos aéreos y farolas.

Refuerzo

La Dirección General de Seguridad regional también solicita a los consistorios canarios el reforzamiento de muros, señalizaciones, antenas, tejados, torres y campanarios, especialmente de aquellas infraestructuras bajo responsabilidad de los propios ayuntamientos.

Uno de los parámetros que más puede influir en la llegada de estos fenómenos tormentosos es el considerable aumento de la temperatura del mar, una situación que también está detrás de la proliferación este verano de las microalgas. Los expertos han advertido de que este verano se han llegado a alcanzar temperaturas superiores a los 26 grados centígrados en aguas cercanas a Canarias, algo anómalo.

Precisamente las altas temperaturas del mar son puro combustible para la generación de tormentas tropicales, que pueden desencadenar ciclones o huracanes. El mayor riesgo detectado por los meteorólogos tiene que ver con la proliferación de enormes tormentas desde finales del verano, como los devastadores Harvey, Irma y María.

La mayor parte de las tormentas tropicales se originan en el Atlántico y se dirigen al Caribe. Pero no todas. La última gran tormenta tropical que azotó Canarias fue la bautizada como Delta. Los días 28 y 29 de noviembre del año 2005, la tormenta tropical Delta afectó a las islas Canarias con vientos que llegaron a alcanzar los 150 kilómetros por hora en las costas y cercanos a los 250 en zonas altas de la isla de Tenerife.

Ha sido el episodio meteorológico más importante de Canarias, según muchos investigadores. Una tormenta tropical no había tocado las Islas por lo menos durante los siglos XX y XXI. El errático e inusual fenómeno climático dejó un rastro de destrucción en las islas, sobre todo en Tenerife.

La tormenta tropical, que causó un muerto y cuatro heridos a su paso por las Islas Canarias, salió del Archipiélago dejando a más de 200.000 abonados sin luz en el área metropolitana de Tenerife y cuantiosos daños materiales en núcleos urbanos y en la agricultura, según el estudio Efemérides Meteorológicas de Canarias.

Los fuertes vientos, de hasta 200 kilómetros por hora, provocaron además el cierre de puertos y aeropuertos. El temporal también hizo naufragar una patera a 400 kilómetros al sur de las islas, con unos 50 inmigrantes a bordo. Seis de ellos murieron y 12 han desaparecido. Rachas de 248 kilómetros por hora en Izaña lo dicen todo. Y, afortunadamente, no pasó directamente sobre las Islas ni dejó precipitaciones de importancia. Canarias solo sufrió el azote de la cola de la tormenta.

La geografía jugó un papel determinante en la intensidad de los vientos. Un informe del Instituto Nacional de Meteorología señala que "la compleja orografía de las Islas condicionó y moduló los efectos locales de los intensos vientos, llegando a aparecer rachas de tipo huracanado".