Cataluña es la única comunidad española que desarrolla la interrupción voluntaria del embarazo (IVE) farmacológico en Atención Primaria, atendido por un equipo de matronas y ginecólogos. El proyecto, que empezó en 2011, está totalmente implantado en los centros de salud, donde el pasado año realizaron casi 6.000 intervenciones.
Así lo afirmó ayer Cristina Martínez, responsable de los servicios de atención a la salud sexual y reproductiva del Instituto Catalán de la Salud de Cataluña, en la última jornada del XVI Congreso de la Federación de Asociaciones de Matronas de España y del II Congreso de la Asociación Canaria de Matronas, celebrado esta semana en el Auditorio Alfredo Kraus de Las Palmas de Gran Canaria.
"El 40% de las interrupciones voluntarias de embarazo que se hacen en Cataluña, actualmente se realizan de manera farmacológica en los servicios de atención a la salud sexual y reproductiva a nivel de Atención Primaria, y los profesionales que lo llevan a término son matronas y ginecólogos", indicó Martínez, matrona y profesora de la Universidad de Barcelona.
El IVE farmacológico en Atención Primaria facilita el seguimiento posterior a la intervención de las mujeres, el mayor tiempo posible; además de dar a la usuaria la oportunidad de decidir entre los diferentes métodos.
Información
"La matrona es la primera profesional sanitaria que da la información sobre las posibilidades y en qué consiste tanto el método farmacológico como el instrumental. Si la mujer decide el IVE farmacológico, la matrona le informa de como será el tratamiento, las características de este tipo de interrupción, cómo se va a hacer... y a las 72 horas de esta consulta informativa se practica el IVE farmacológico en el centro de salud", explicó Cristina Martínez.
El ginecólogo es el encargado de la administración de la medicación en la mayoría de los casos, y el seguimiento de la mujer después del tratamiento y la continuidad del mismo cuando se va a su casa, lo lleva a cabo la matrona de forma telefónica, además de encargarse también de la tercera visita al centro de Atención Primaria.
"Así podemos hacer todo el asesoramiento contraceptivo y que esta mujer pueda tener un método que le permita evitar otras situaciones de riesgo. Además, al hacerlo en el centro de salud, donde la mujer normalmente se dirige por otras situaciones, de manera que lo tiene cercano, también conseguimos eliminar esa especie de estigma que acompaña un poco a las usuarias que acuden a la clínica a abortar, empoderando a la mujer en su toma de decisiones".
Martínez añadió que el balance del proyecto desde que se implantó en 2011 es muy positivo. "En 2016 realizamos casi seis mil interrupciones de embarazo farmacológicas en toda Cataluña, y de estas interrupciones la eficacia del método ha sido altísima. Hay un 3,5% de mujeres que no hacen una expulsión completa del embrión cuando utilizamos los fármacos y tenemos que hacer otros métodos, pero esta cifra está por debajo de las previsiones clínicas que apuntan a un 4,5% de los casos".
No obstante, hay un porcentaje de mujeres que se quejan de dolor en la interrupción, especialmente entre las siete y nueve semanas, que es el tiempo limite, por lo que actualmente se están planteando modificar la pauta analgésica tras la intervención. "Vamos a incrementarla para mejorar esa sensación dolorosa que refieren las mujeres", concluyó la especialista.
