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Salud

"El mayor avance es prepararnos para una nueva guerra, la cirugía del anciano"

"El mayor enemigo del corazón es la genética, y después el tipo de vida que llevamos y la edad a la que llegamos", manifiesta Enrique Rodríguez Hernández

"El mayor avance es prepararnos para una nueva guerra, la cirugía del anciano"

El jefe de Cirugía Cardiovascular del Hospital Ruber Internacional de Madrid, el doctor Enrique Rodríguez , se ha incorporado este año a la dirección del Servicio de Cirugía Cardiaca de los Hospitales San Roque en Las Palmas de Gran Canaria, donde aporta su extraordinaria experiencia en arritmias cardiacas, trasplante cardiaco y cardiacopulmonar..., y la cirugía coronaria sin bomba, entre otros avances.

¿Cuáles son los grandes enemigos del corazón?

El corazón no tiene grandes enemigos, sino grandes amigos. No obstante, siempre se ha dicho que el mayor enemigo que tiene el corazón es la propia genética. Cada vez que le preguntas a un enfermo que ha tenido un infarto o se va a operar de las coronarias, encuentras algún antecedente familiar. Otro es el tipo de vida que estamos llevando en la actualidad, y a la edad en que llegamos a vivirla. En esta etapa oscura de la vida social del mundo occidental, hay un desequilibrio nutricional, entre las calorías que consumes y las que utiliza el organismo. Luego está el tabaquismo, un tema a tener en cuenta muy, pero que muy importante, y curiosamente ahora fuman más las mujeres que los hombres. Y luego hay otros tipos de condicionantes ligados a la edad, como la hipertensión arterial.

¿Cuáles son las patologías cardiacas más prevalentes?

La cardiopatía izquémica, la enfermedad de las coronarias, los infartos, las anginas... Otro tipo de enfermedades que han empezado a tener bastante prevalencia es la valvular aórtica en mayores de 70 años. Por otro lado, también se diagnostican ahora, porque mucha gente se hace estudios rutinarios, o en los servicios de urgencias porque tienen fiebre y le hacen radiografía tórax, le detectan dilatada la aorta. Ahora se diagnostican muchos procesos de roturas de aneurismas de aorta gracias a las nuevas resonancias, a los chequeos periódicos... Aquí en Canarias también fue importante en su momento las cardiopatías congénitas, algo que tenían que ver con el aislacionismo de algunas islas, casamientos entre primos... Ahora esos fenómenos ya no se dan y ese tipo de enfermedades, sobre todo las complejas, cada vez son menos frecuentes. La enfermedad cardiovascular tiene tanta prevalencia o más que el cáncer.

¿Y las que más se operan?

En primer lugar las válvulas aórticas degenerativas, en personas que van cumpliendo unos años, o que la genética les ha hecho que en lugar de tener los tres velos de la válvula aórtica nazcan con dos velos, una anomalía que tiene el 10% de la población. En segundo lugar la enfermedad coronaria multivaso, porque la de un solo vaso o dos vasos se suele resolver con los stents o los cataterismo, pero los que afectan a muchos vasos hay que operar. Y desde hace unos años se ha ido incrementando la cirugía de las grandes arterias, como la aorta, y que supone un 15% aproximadamente de lo que hacemos. Curiosamente el jueves operé a tres enfermos aquí, en las Palmas, un coronario, una válvula y un congénito, aunque lo normal son coronarios y valvulares.

Cada vez se opera del corazón a personas más mayores, incluso de 80 y 90 años, algo que hace unas décadas era imposible. ¿A qué es debido?

Ha cambiado el concepto de persona mayor. Cuando yo era chico, pasabas por los pueblos y veías a señoras sentadas en la puerta de la casa con 70 años y eran como muy ancianas, pero hoy en día ser anciano en España es pasar de los 80 y muchos años, porque la participación de esas personas en la vida social es cada vez más intensa, demandan una cultura de atención, y que les prologuemos la vida porque están viviendo bien. Y además, está la tecnología. Yo me formé en al Clínica Puerta de Hierro en Madrid y operar a una persona de más de 72 años era impensable, no nos entraba en la cabeza a nadie. Pero de repente, surge un concepto muy moderno que es el de predicción de riesgo, donde en los enfermos lo importante no es la edad sino la comorbilidad, si está enfermo de muchas otras cosas. Hay unas tablas que nos permite predecir qué riesgo quirúrgico tiene, y te llevas la gran sorpresa de que la operación de personas de 80 a 85 años sólo tiene un sobreprecio de un 1%. Esto hace 30 años ni se nos pasaba por la cabeza, y es porque los aparatos son más seguros, las técnicas están más contrastadas, ya sabemos como manejar la extracorpórea para estas personas mayores de una manera diferente. Hoy nos encontramos con personas de 85 años que parece que tienen 72, porque se mueven, cuidan a los nietos y eso es muy importante porque hace que los mayores tengan una mejor condición física. Y curiosamente este tipo de enfermos suelen tener postoperatorios menos latosos que cuando operamos a alguien de 50, y es que la gente mayor ha pasado por muchas cosas, lo que tienen son ganas de vivir y mucha disciplina.

¿Ha avanzado mucho la cirugía cardiaca?

El avance más importante es filosóficamente prepararnos para un nuevo tipo de guerra que es la cirugía del anciano, gracias a que nos acercamos al problema de una manera estratégicamente diferente. Por ejemplo, hemos disminuido mucho el uso de derivados de la sangre, hay alternativas en este momento que dan seguridad a los problemas de coagulación que se puedan plantear en nuestras cirugías. También se han miniaturizado las agresiones gracias al concepto que nace a finales de los 90 que es la cirugía mínimamente invasiva, y se han implementado técnicas para operar por pequeños agujeros; o las válvulas que se pueden colocar por la punta del corazón. Pero yo siempre digo que ser un buen cirujano no significa estar a la última, sino saber lo último y distinguir que hay de lo último que te pueda ser útil.

¿Sufren presión por parte de pacientes?

El grave problema que tenemos muchas veces es internet, un medio de comunicación que tiene trampa. La gente se lee lo que aparece en la primera página de internet, pero lo que aparece en la primera página es lo que las grandes multinacionales del sector quiere que esté, porque es tan fácil como pagar a una empresa que hace que tu producto aparezca el primero. Y eso es lo que te demandan. Hace años un enfermo se sentaba frente al médico y decía lo que usted diga doctor, y ahora está mirando el ordenador para ver si tu vas a elegir lo que está en primera página. Ahí lo que importa es el buen juicio y la experiencia de años.

¿Y de los avances "útiles" cuáles destacaría?

Las válvulas que ponemos en el corazón son ahora en términos generales más fiables, más duraderas, y han aparecido una nueva gama de anticoagulantes, que también hace la vida más tranquila. Yo diría que no se nos ha parecido la virgen, pero si una cohorte de pequeños santos. El trabajo en muchos campos nos ha permitido bajar cifras de riesgo de mortalidad, si se hace en tiempo y forma, porque la cultura popular pasa por varias fases, y a veces el miedo impide a la gente tomar decisiones, y cuando viene a la consulta ya es tarde y el riesgo pasa del tres al seis. Es importante la detección precoz, porque llegar en el momento adecuado para cada procedimiento es lo que permite estar vivos después de 15 años. Ese es realmente el triunfo, una persona con una previsión de mortalidad de cuatro o cinco años, que después de 15 años te lo encuentres por la calle".

Ha incorporado al Servicio la cirugía coronaria sin bomba, explíquenos en qué consiste y cuáles son sus ventajas.

Con el corazón latiendo paramos solo o fijamos solo, la parte donde vamos a realizar la anastomosis, donde vamos a conectar la nueva arteria que riega a la arteria coronaria que está enferma y eso se hace con una serie de dispositivos. La cirugía es igual con el corazón parado de extracorpórea técnicamente que con el corazón latiendo. Las ventajas es que no tenemos el impacto de sacar la sangre y parar los pulmones fuera del corazón, algo que genera un síndrome inflamatorio que hace que la gente esté recuperándose un mes, y de esta manera, al quinto o sexto día tiene molestias pero no ese síndrome general. Eso, combinado con que hacemos cada vez más anastomosis arteriales, tocamos menos la aorta, la probabilidad de tener un problema neurológico durante la operación se minimiza muchísimo. Otra ventaja muy importante es que se disminuye el consumo de sangre en el acto quirúrgico. Y, en general, posibilita una recuperación más rápida sin tanta sensación de que me han dado una paliza.

Mientras que la investigación y la tecnología avanzan, la incidencia de enfermedades cardiovasculares por malos hábitos de vida siguen en aumento. ¿No cree que algo está fallando en nuestro sistema de salud?

Esto es un problema que los profesionales de la sanidad podemos denunciar, pero está en manos de las autoridades y de la población, y creo que este ciclo se puede romper en los colegios, educando desde chicos en unos hábitos saludables. De hecho ya está empezando a surgir una sociedad que hace más ejercicio. No siempre podemos echar a los políticos la culpa de todo lo que ocurre, también es responsabilidad nuestra ir al gimnasio, caminar, comer de forma saludable...

Usted fue pionero en trasplante de corazón en España, ¿cómo ha evolucionado esta intervención?

Se ha avanzado muchísimo sobre todo en las drogas que evitan el rechazo. Antes había que suprimir mucho la inmunidad de las personas y a la larga eso generaba dos problemas, que se aceleraba la arteriosclerosis del corazón nuevo, y aumentaba con el tiempo el número de tumores, es decir que las personas trasplantadas tenían más tumores que el resto de la población. Ahora se están consiguiendo drogas que permiten trasplantar a personas que antes no eran aptas para el quirófano. Una de ellas es curiosamente el sidenafilo (vendido bajo la marca Viagra, Revatio...) que es lo que se utiliza para tratar la disfunción eréctil. Baja las resistencias pulmonares y permite operar a algunos enfermos que no eran trasplantables antes y ahora se pueden poner en mejores condiciones. Y también ha aparecido una panoplia de corazones artificiales cada vez más pequeñitos y más útiles que también son una alternativa para los trasplantes cardiacos.

¿Cuáles son las operaciones más complicadas a las que se ha enfrentado?

Los cirujanos en general estamos obligados a dominar nuestro oficio, pero en general, cuanto más complejo es el toro, más bonita es la faena. Yo la cirugía a la que tengo más afición porque es muy compleja y me resulta muy atractiva es la gran cirugía de la aorta, y especialmente enfermos reoperados, es decir que se les operó tiempo atrás y vuelven a precisar de cirugía. Yo recibo pacientes de toda España que a lo mejor en algunos sitios les han dicho que no pueden ser operados, son un miura, y cuando los encarrilas pues más satisfacción te produce, aunque cualquier enfermo que operes y va bien ya es un regocijo personal. Cuando baje ahora a la UVI a ver a los tres pacientes que operé el jueves estoy seguro que me dirán muchas gracias doctor y me sonreirán, y no necesito más. Pero luego tenemos cada uno nuestras aficiones y la mía siempre ha sido la gran cirugía de la aorta que para nosotros es la cirugía compleja, hay que cambiar la válvula, la aorta ascendente, las arterias que riegan la cabeza que tiene un plus de peligrosidad, y encima en un enfermo que ya está tocado. Esas son la cirugía que más duran, y más difíciles, y llevarlas a buen puerto te llena de muchas satisfacciones.

¿Algún caso concreto que le haya marcado particularmente?

Por decir alguno, hace doce o trece años me encontraba de guardia en el Hospital 12 de Octubre de Madrid y me llamaron para decirme que mandaban a un chico de Badajoz de 18 años en el helicóptero con un aneurisma disecado, roto. Lo trajeron a Madrid pero bajando del helicóptero se paró, rompió el aneurisma, pero dio tiempo a llevarlo a quirófano y dio tiempo a sacarlo vivo. Yo no lo he vuelto a ver, era de Badajoz y se volvió para su casa, pero no lo olvidaré nunca. Hay un momento en el que uno puede decir no sigo porque ya la situación es irremediable, pero hay casos en que empiezas a decir venga y venga y el paciente sale para adelante. Entonces te vas para casa feliz, pensando que afortunadamente no dije que no.

Como canario que vive fuera y ha visto otros modelos sanitarios, públicos y privados, ¿cómo ve la sanidad en Canarias?

Desde el punto de vista de profesionales y de instalaciones está muy bien. Canarias, como muchos sitios del mundo occidental que vive de los servicios, del turismo, tiene una población flotante muy grande y por lo tanto tiene gran demanda de servicios sanitarios y sociosanitarios. ¿De dónde viene que haya grandes listas de espera?, de la eficiencia de los sistemas. Yo he sido jefe de servicio de la medicina pública muchísimos años, era jefe de Servicio del Hospital Clínico San Carlos de Madrid, y también he trabajado toda mi vida desde los 30 años en la medicina privada, y la he compatibilizado, y creo que en la medicina pública hay que ir a modelos de gestión que haga el trabajo eficiente, eficaz. Resolver las listas de espera es un problema que tenemos todos, no sólo los políticos, también los profesionales y los ciudadanos, entre todos hay que ayudar a resolverlo. Muchas veces se resuelve con recursos económicos y otras veces está en el ADN del sistema algunos cambios operativos que permitan agilizar una serie de cosas. Los modelos de gestión clásicos necesitan un repaso. Los políticos, por ejemplo sueñan con hacer un hospital cada vez más grande y más bonito, pero no siempre es eso. En Londres hay hospitales muy pequeños que por dentro tiene toda la modernidad. También hay que educar a la población para ir a los sitios en los que tiene que ir en cada momento y por la razón que sea. Los recursos sanitarios no son inagotables, y el ciudadano tiene que usarlos con responsabilidad. El ciudadano tiene que ser consciente de lo que cuestan las intervenciones. También hay que enseñar este sentido de corresponsabilidad en los colegios. Es malo que roben los políticos, pero también es malo que los demás desperdiciemos los recursos que son de todos.

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