Rusia y España lanzarán en 2023 el Observatorio Espacial Mundial Ultravioleta (WSO-UV), un nuevo telescopio que estudiará la atmósfera de los exoplanetas y tratará de indagar en la naturaleza de la esquiva materia oscura del universo.

Este proyecto, que comenzó a fraguarse en 2006 y en el que España participa con un 50 % menos de lo inicialmente programado por los recortes de la crisis, cubrirá, según sus responsables, "el hueco" que dejará el telescopio Hubble.

Con tecnología renovada se convertirá en el único observatorio astronómico para imagen y espectroscopia ultravioleta en el espacio.

WSO-UV estará formado por un satélite y un telescopio con un espejo primario de 170 centímetros, diseñados para orbitar a unos 35.000 kilómetros sobre la superficie terrestre. Su vida útil será inicialmente de cinco años, con previsiones de otros cinco. Persigue estudiar la composición química y la física de las atmósferas de exoplanetas, los planetas situados fuera de nuestro sistema solar y de los que se han ido descubriendo en los últimos años.