La decisión de Kevin Spacey de admitir su homosexualidad al mismo tiempo que se disculpaba por un supuesto caso de acoso sexual ha sentado mal entre compañeros de profesión y organizaciones que protegen la visibilidad de los derechos LGTB (lesbianas, gais, transexuales y bisexuales).

El incidente de acoso sexual hecho público por el actor Anthony Rapp supuestamente tuvo lugar en 1986, cuando Rapp tenía 14 años, una denuncia que llevó a Spacey a asegurar que no recordaba ese episodio, pero que, si realmente tuvo lugar, le debía "la más sincera disculpa". "Sinceramente, no recuerdo el encuentro, habría sido hace más de 30 años. Pero si me comporté como él describe, le debo la más sincera disculpa por lo que habría sido un comportamiento ebrio profundamente inapropiado", valoró Spacey en su perfil de Twitter. Aunque la industria permanece callada, algunas voces han criticado la decisión de Spacey de reconocer su homosexualidad como vía de escape ante lo ocurrido. "Admitir tu homosexualidad no debería usarse para desviar la atención sobre unas acusaciones de acoso sexual", manifestó Sarah Kate Ellis, presidenta de GLAAD, que ayuda a dar visibilidad a los derechos de la comunidad LGTB. "Lamento que Kevin solo viera oportuno admitir su verdad cuando consideró que le era útil", escribió en Twitter el actor Zachary Quinto.