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Ciencia

El glider 'Silbo' atraca en Plocan

El minisubmarino no tripulado llega a la Isla desde Irlanda en su tercera vuelta, en seis años, al Atlántico Norte

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Glider Silbo, planeador submarino no tripulado para la investigación de los océanos

Los glider o planeadores submarinos no tripulados se barajan como el futuro de la observación oceanográfica, no sólo porque abarata de forma considerable los costes de las misiones, sino por su capacidad para navegar por las profundidades marinas y desvelar sus secretos. En esta carrera tecnológica hay un protagonista indiscutible, Silbo, un prototipo fabricado por la empresa americana Teledyne Marine, que va camino de finalizar su tercera vuelta transoceánica y que ha encontrado en Plocan (Plataforma Oceánica de Canarias) un puerto científico infalible para concluir con éxito cada una de sus misiones.

Silbo llegó el pasado miércoles a las aguas grancanarias, donde fue recogido por el equipo de la Unidad que dirige Carlos Barrera, de Vehículos Marinos de Plocan. Ellos se encargarán de su puesta a punto para que, en una semana continúe su rumbo hacia Estados Unidos.

Inició su primera misión en Islandia en junio de 2011y tras recorrer 2.870 millas náuticas, llegó a Gran Canaria en marzo de 2012, donde superó la puesta a punto y emprendió la ruta hacia Brasil, su nuevo destino, pasando por Cabo Verde. Desde entonces el robot, que puede alcanzar los mil metros de profundidad, va camino de completar su tercera vuelta al Atlántico Norte, no sólo midiendo los cambios de temperatura y conductividad para conocer los parámetros de salinidad, sino que sirve como laboratorio de la futura robótica marina.

"Silbo es un banco de ensayo de esta tecnología robótica marina, sus misiones sirven para probar los nuevos componentes y las mejoras tecnológicas que se incorporarán posteriormente a los vehículos que se comercializarán", indicó Barrera.

Teledyne Marine, empresa propietaria y diseñadora del glider, se ha asociado con una serie de instituciones científico-tecnológicas para poder abordar las misiones alrededor del Atlántico Norte, como es el caso de Plocan en Gran Canaria y la Universidad de Rutgers, en Nueva Jersey (Estados Unidos).

"Han creado esta asociación que les permite lanzar un glider en la costa este de Estados Unidos, llegar hasta Canarias donde nosotros lo recogemos, le cambiamos la batería y la semana que viene lo volvemos a lanzar para que siga hacia Cabo Verde rumbo al Caribe. Es una estrategia científica y comercial, que les sirve para posicionarse en la carrera tecnológica entre los tres o cuatro fabricantes que hay en el mundo", apuntó el investigador.

En los seis años que lleva en activo, este glider en forma de torpedo, de casi dos metros de largo, 30 centímetros de diámetro y unos 70 kilos, ha experimentado una serie de avances en el sistema de batería cuya duración actual es de seis meses; además de la incorporación de una hélice, de forma que ahora Silbo está dotado con un sistema híbrido; y una mayor capacidad de procesado de los datos que recoge.

"El glider permite recabar millones de datos de una forma mucho más sostenible, porque su coste (operación, baterías, comunicación satélite) es de unos 200 euros al día, frente a los 20.000 euros diarios que cuesta, como mínimo, un barco oceanográfico", señaló Barrera.

Y con la ayuda del planeador Silbo, la tecnología glider seguirá avanzando hasta posicionarse como una herramienta al uso en el campo de la observación oceánica. En este sentido, los avances apuntan a dos aspectos claves: ganar profundidad y en capacidad de las baterías.

"Mil metros a día de hoy sigue siendo poco. Las empresas ya están trabajando en ello y de hecho hay una que ya tiene la solución para una versión de seis mil metros, que previsiblemente se comercializará el año que viene. Por otro lado, también hay una carrera tecnológica con el sistema de baterías, para poder permanecer años en una misión y eso también está a la vuelta de la esquina", explicó el responsable de la Unidad de Vehículos Marinos de Plocan, apuntando que la tendencia es que estas herramientas, que ya se usan de forma convencional, se utilicen de forma generalizada en el futuro.

"La próxima semana tendremos listo a Silbo para volver a mandarlo, en dirección a Cabo Verde, donde no está previsto que toque tierra. Seguirá hacia el Caribe, allí se recogerá y le harán el mantenimiento oportuno y subirá por toda la costa este de Estados Unidos hasta llegar a Boston, que es su destino final. De esta forma habrá completado otra vuelta al Atlántico Norte".

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