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Entrevista a Manuel M. Almeida

"He querido que el lector viva una gran aventura, que experimente"

"En mi opinión, la única doctrina que nos ha ayudado a avanzar ha sido la ciencia, y su aplicación al resto de áreas de actividad y conocimiento humanos, desde la medicina a la política", confiesa el periodista y escritor

"He querido que el lector viva una gran aventura, que experimente"

Regresa al mundo literario por partida doble, con una novela - Evanescencia - y con una antología de cuentos, Cuentos mínimos . ¿A qué se debe que decida sacar a la luz dos obras tan diferentes de una sola vez?

Se debe, sobre todo, a que efectivamente había dejado de publicar, pero no de escribir. Y, siendo más exactos, tampoco había dejado de publicar, lo hacía en mis blogs, en prensa, en redes sociales... Lo que había dejado atrás eran la poesía, la ficción narrativa y los proyectos editoriales convencionales, es decir el libro. En 2015 decidí retomar la senda literaria, y fruto de esa decisión son los dos trabajos que ahora se presentan. En principio, íbamos a lanzar solo la novela, pero Jorge Liria, mi editor, me propuso hacerla coincidir con el libro de microrrelatos. Y voilà.

Evanescencia: que se desvanece o esfuma como el humo o el vapor. ¿Por qué eligió este título para su obra?

Porque ese es exactamente el motor de la trama: la #Evanescencia, un fenómeno insólito que desafía todo cuanto conocemos, creemos conocer o imaginamos. Es el detonante de la aventura que propongo al lector y la excusa que he utilizado para poner sobre el papel algunas de las preguntas que han inquietado desde siempre al ser humano y que a mí, en esta época convulsa, me preocupan de manera especial.

En el libro habla sobre leyes, dogmas e ideologías. ¿Cuánto hay de ficción y cuánto de realidad en la trama?

Podríamos decir que todo es ficción, pero igualmente podríamos decir que todo es realidad. Ficción es la trama, las circunstancias que se narran en una especie de cuenta atrás trepidante, el planteamiento distópico... Pero he pretendido que las reacciones, relaciones e interacciones, las dudas y las respuestas de los personajes que pueblan la novela sean tan reales, o cuanto menos verosímiles, como lo es este diálogo que estamos manteniendo en estos momentos usted y yo.

¿Considera que, a pesar de los avances sociales, seguimos siendo víctimas de las creencias o doctrinas, y que estas nos manipulan?

Cada uno se deja manipular por lo que quiere o puede. Las creencias y las doctrinas han estado siempre ahí y seguirán estando mientas existamos como especie. Unos las utilizan como elementos de dominación, y otros, los más, recurren a ellas como tabla de salvación o como expresión sincera de un afán por mejorar el mundo. En mi opinión, la única doctrina que nos ha ayudado a avanzar ha sido la ciencia, y su aplicación al resto de áreas de actividad y conocimiento humanos, desde la medicina a la política. En cambio, muchos han preferido y prefieren refugiarse en dogmas y creencias. ¿Pero qué pasaría si de pronto el mundo comenzase a tambalearse bajo nuestros pies? ¿Si ni dogmas, creencias ni leyes científicas pudiesen acudir en nuestro auxilio, no fuesen ya ese madero al que poder agarrarnos? ¿Volveríamos a ser esos monos perplejos que una vez fuimos?

¿Pretende hacer de espejo al lector a través de la lectura?

He querido que el lector viva una gran aventura, una odisea en primera persona, que experimente, sienta lo mismo que los protagonistas del relato, que se plantee las mismas dudas que los personajes, y he querido invitarlo a ofrecer sus propias respuestas. Vivimos dándolo todo por hecho, aferrados a convenciones, certezas y convicciones, pero en realidad bastaría solo la ira de un meteorito, por ejemplo, para borrarnos de la faz del universo. En ese instante último, final, ¿cómo reaccionaríamos? En esa medida, la novela bien podría ser un espejo: un espejo cuyo reflejo fuese la imagen del ser que lo observa, pero desnudo, despojado de todo accesorio.

Por lo que podemos considerar que Evanescencia es un viaje hacia uno mismo?

Es un viaje, sí. Hacia uno mismo y hacia los demás. Hacia el ser humano, tanto en cuanto en los aspectos esenciales uno somos todos, y todos somos uno, más allá de diversidades y divergencias.

Intuyo que en ambas obras se desnuda, ¿conoceremos más a Manuel Almeida a través de la novela y de los cuentos?

Afortunadamente, no es una novela autobiográfica -cuando la lean lo entenderán- ni en ella he querido plasmar especialmente factores de mi personalidad, pero es inevitable que el autor proyecte en sus textos cuanto menos retazos de su propia manera de entender el mundo. Y aun lo es más en una obra como esta, que indaga en los tripas del ser humano. ¿Cuánto hay de mí? No lo sé. ¿En qué pasaje o pasajes? Tampoco lo tengo muy claro. En los cuentos... Bueno, en los cuentos casi que lo mismo.

En la presentación, obsequiará a los invitados que adquieran la obra con un ejemplar de Cuentos mínimos . ¿Son los cuentos una edición limitada o podremos hacernos con ellos en las librerías?

El libro de microcuentos se regalará al adquirir la novela solo el día de la presentación en el Palacete Rodríguez Quegles, por gentileza de la editorial, después cada libro se venderá por separado.

Uno de los proyectos que dirige, y que tan necesario era en las Islas, es la revista Dragaria . ¿Cómo surgió la idea de crear un espacio digital para impulsar a los escritores canarios?

Surgió de la convergencia de dos miradas: la periodística y la literaria. Surgió de la observación periodística de un hecho: la cantidad de producción y actividad literarias que hay en Canarias y la escasa información que hay al respecto, la poca trascendencia de todo ese movimiento, especialmente cuando hablamos de autores u obras alejados de las grandes listas de ventas y de los grandes premios, es decir cuando hablamos de aquello que no resulta mediático. En Dragaria no excluimos lo mediático, pero nos centramos en el día a día y en la base de la producción literaria del Archipiélago.

Además de la promoción de ambas obras, ¿está trabajando en otros proyectos?

Continúo publicando relatos y poemas en mi blog, estoy trabajando en una nueva novela y tengo otra terminada en espera de editor. Pero creo que es el momento de abordar ya, de forma decidida, la preparación de un primer poemario. Comencé escribiendo poesía y pasé quince años de mi vida escribiendo y musicando versos como cantautor. Creo que me lo debo. Es uno de mis retos a corto-medio plazo.

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