Para poder acudir a la final mundial de la Fisrst Lego League como una de los cuatro presentadores del evento ante unas estimadas 30.000 personas participantes y asistentes, a la grancanaria Davinia de Vidania le hicieron desde Detroit varias entrevistas previas para comprobar si su nivel de inglés es alto; si había participado antes en alguna de estas competiciones, si se integraban en ella los valores de la FLL; si disponía de recomendaciones; y, finalmente, si lograba conectar con los niños. "Durante cuatro días, tendré que dar, en primer lugar, la bienvenida, jugar con los niños para que no se pongan nerviosos e ir narrando las jugadas en el escenario que me corresponda con los robots sobre el tablero. También me disfrazo. El último día presentaré el festival de premios junto a mis tres compañeros", asegura.

First Lego League (FLL) es un desafío internacional anual que despierta el interés de los niños y jóvenes por la ciencia y la tecnología. Cada temporada se invita a los equipos presentados a descubrir la diversión y la emoción, proponiendo un nuevo desafío relacionado con una temática o problemática actuales. El de la temporada 2017/18 se denomina Hidro Dynamics y los equipos han de investigar durante el curso escolar sobre el ciclo humano del agua, dónde y cómo encontrarla, transportarla, usarla y disponer de ella. Deberán resolver un problema real relacionado con la gestión. El reto culmina con un proyecto científico: los equipos deben usar su creatividad para diseñar una solución innovadora que resuelva el problema.

Además del proyecto, se propone también el llamado juego del robot en que los equipos deben diseñar, construir y programar robots usando la tecnología Lego Mindstorms, para superar una serie de misiones de manera autónoma en un tablero de juego. Cada misión tiene una puntuación determinada y se trata de conseguir el mayor número de puntos en 2,30 minutos. Los equipos integran, al mismo tiempo que realizan el proyecto y el robot, una serie de valores como son la inclusión, el descubrimiento, la coopertición (competición y cooperación), el respeto y el trabajo en equipo.

Las competiciones se realizan a nivel regional, nacional, europeo e internacional en múltiples países, siempre con la misma temática de la temporada. Entre el 25 y 29 de abril del próximo año tendrá lugar la final mundial, en esta ocasión en el centro de convenciones y congresos de Detroit (Michigan, EEUU) al que acudirán "niños de entre cinco y quince años. De cinco a ocho años son los junior", señala Davinia de Vidania. "Aquí, en Canarias, lleva la organización de la FLL Intech Tenerife bajo el programa 2030".

De Vidania fue seleccionada también hace dos años para presentar durante tres días la final europea de Tenerife. Al respecto, explica que "se trata de un proyecto muy bonito porque el 80% de los niños que trabajan para la FLL terminan siendo ingenieros y además también participan muchas niñas". Resalta, por otra parte, que "me encantan los valores de unión y cooperación que promueve la liga. He podido ver cómo niños de países con muy malas relaciones políticas se llevan muy bien. Algo muy positivo, asimismo, es que se entregan premios a todos, tanto medallas individuales como copas para los equipos como compensación por un mérito u otro en el campeonato. Esto promueve las competencias personales en vez de la competitividad".

Acerca de las distintas etapas de la FLL, esta joven grancanaria indica que, en lo que respecta a la primera y sobre el proyecto a realizar, lo que pudo fue ver preparar a los estudiantes trabajos sobre reciclaje. "Por ejemplo, unos niños alemanes construyeron una máquina de lego, un prototipo, que elegía una papelera concreta donde desechar un residuo". Según relata, "los equipos, al exponer el proyecto, utilizan una cartulina para explicar durante cinco minutos ante unos jueces los distintos pasos seguidos, y tienen que aclarar cómo ha resultado el trabajo en grupo".

En opinión de De Vidania, el mayor premio para los jóvenes es el juego del robot. "Una vez que se inscriben al campeonato, se les dan instrucciones para que lo construyan en unos seis meses junto a uno o dos mentores que les ayudan a crear un programa para la máquina. Antes de ir al concurso, se dedican uno dos días a la semana a practicar sobre un tablero los distintos movimientos. Una vez que llegan los equipos a la competición, dos niños de cada uno tienen que controlar el robot sobre la mesa".

"Los equipos los forman grupos de estudiantes de, por ejemplo, institutos en los que se quieran fomentar las labores de ingeniería y robótica", explica, Davinia de Vidania, porque "en un equipo tiene que haber, además de futuros ingenieros, gente creativa y con habilidades de comunicación".