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Centenario del Laboratorio de Fisiología

Nicolás Chesa: "Muchos talentos se exiliaron por ser discípulos de Juan Negrín"

"Una característica de la Escuela de Fisiología es que casi todos sus alumnos salían fuera del país para formarse", recuerda el médico especialista en Urología

El doctor Nicolás Chesa en su despacho. J. PÉREZ CURBELO

¿Cuáles son las claves de la conferencia que va impartir hoy en la Fundación Juan Negrín sobre los discípulos de su Laboratorio de Fisiología?

El Laboratorio de Fisiología nace gracias a la Junta para Ampliación de Estudios e Investigaciones Científicas (JAE) que presidía Santiago Ramón y Cajal. Juan Negrín, que estudió la carrera en Alemania, donde se dedicó a investigar, leyó su tesis y se puso a trabajar, tuvo que regresar a España en 1914 cuanto empieza la Primera Guerra Mundial. En 1915, estando en Las Palmas, solicita una beca de la Junta de Ampliación de Estudios para irse a Estados Unidos, pero Ramón y Cajal le contesta que no, que con su currículum era mejor que se fuera a Madrid donde le iba a montar un laboratorio para que formara a la gente. Ese laboratorio se fundó en 1916 cuando Negrín era simplemente un médico que había leído la tesis en Alemania, en 1919 el catedrático de Fisiología que había en Madrid se jubila, convocan la cátedra y en 1922 Negrín gana la cátedra por unanimidad.

¿Cómo cambia la situación entonces para esta disciplina?

Del catedrático anterior a él hay un salto abismal. Hablamos del cambio de un señor de 70 años que se forma y vive en el XIX, a un joven Negrín, formado fuera, cuando España estaba aislada científicamente. Le montan el laboratorio, saca la cátedra y a continuación empiezan a llegar discípulos a formarse y de ahí salen cerca de una docena de catedráticos de Fisiología.

¿Se encuentra entre ellos los cuatro médicos canarios de los que hablará hoy en su conferencia?

Entre los que se formaron en Fisiología con Negrín hay cuatro médicos canarios, de los cuáles sólo uno obtuvo la cátedra pero por desgracia murió muy joven. Sus cuatro discípulos canarios fueron Domingo Hernández Guerra, que nació en Tejeda; Pedro de la Barreda, de El Hierro; Diego Díaz de Las Palmas de Gran Canaria; y Blas Cabrera Sánchez que nació en Madrid, aunque lo incluimos dentro de los isleños porque toda su familia era de Canarias. Blas Cabrera se exilió a México; Diego Díaz se fue a Francia, a Toulouse; Pedro la Barreda se quedó en España, pero lo mandaron al campo de concentración en Soria y estuvo en la cárcel hasta que cumplió la sentencia y se quedó en Madrid hasta que murió; y Domingo Hernández Guerra falleció a los 32 años en Madrid, tras regresar de Tejeda después de pasar con su familia el verano. Este último fue el mejor discípulo de Negrín, su predilecto, el único que sacó la cátedra, concretamente en el año 26, y se murió en el 32.

¿Qué características tenía la Escuela de Fisiología de Negrín?

La Escuela Negrín era de lo más avanzado que había en Fisiología en España. Una de sus principales características era que casi todos sus discípulos salían fuera de España para formarse, y para ello aprovechaban las becas, denominadas pensiones, que convocaba la Junta de Ampliación de Estudios que dirigía Ramón y Cajal. Así, todos se fueron a investigar fuera durante uno o dos años y luego volvían a España con lo que habían aprendido para transmitirlo a los demás. Negrín, más que ser un gran fisiólogo era un buen organizador del Laboratorio, sabía hacia dónde dirigir a sus alumnos, a uno le decía que si investigaba sobre tal cosa le conseguía tal aparato, a otros que pidieran la beca para irse a tal país que él se la firmaba... era un gran maestro. Lo que pasa es que en los años 30 se metió en política y dejó en manos de sus discípulos el laboratorio. En el año 36, cuando lo hicieron ministro de Hacienda, su secretario personal fue uno de sus discípulos, y en su equipo estaban otros como García Valdecasa, Rafael Méndez o Severo Ochoa.

¿Cuál fue el destino para formarse en la investigación de sus discípulos canarios?

Pedro de la Barreda se fue a Friburgo, en Alemania; mientras que Domingo Hernández estuvo en Bélgica y París. Blas Cabrera, que era el más joven, fue el único al que no le dio tiempo a solicitar la beca; y a Diego Díaz le dieron una en el 36 para irse a Inglaterra a investigar, pero empezó la guerra y ya no pudo marcharse. Hay que tener en cuenta que en esta época bastaba ser discípulo de Negrín para que estuvieran marcados políticamente. Cuando se presentaban a cátedra, si era discípulo de Negrín le decían que mejor que no se presentara porque no la iba a sacar. Pedro de la Barreda, por ejemplo, se presentó varias veces.

¿Renegaron en algún momento del maestro?

Nunca. De la Barreda no sólo nunca negó quién era su maestro, sino que siempre contaba que Negrín era como un segundo padre para él. Y Diego Díaz, que se tuvo que exiliar a Francia, dedicó su tesis doctoral "A mi maestro Juan Negrín".

¿Cuál es el destino de sus discípulos tras la guerra?

En el año 39, Negrín organiza el Servicio de Evacuación de Refugiados Españoles (Sere), para facilitarle la ida a México de muchos de sus alumnos y de otros profesionales y para ello contó con la ayuda del entonces presidente mexicano Cárdenas, que facilitó la llegada de todo ese contingente de catedrático y de médicos, abogados, físicos... Cárdenas le dio ordenes a su embajador en España de facilitar la llegada de todos estos señores. En el 39, cuando acaba la guerra, cerca de 8.000 españoles se fueron a México. Después empezó la II Guerra Mundial y ya era peligroso meterse en un barco. Pero el exilio español a América registró la marcha de 15.000 personas. Muchos de ellos eran simples investigadores, talentos que no querían saber nada de la política pero que estaban "contaminados" por haber sido discípulos de Negrín. A la cultura mexicana le vino de maravilla, porque se exiliaron farmacólogos, físicos, médicos... personas de alto nivel.

¿Negrín contribuyó a sentar las bases de la primera generación de científicos en España?

Realmente todo empezó cuando Ramón y Cajal preside la Junta para la Ampliación de Estudios en 1907. Pero para explicarlo hay que retroceder un poco. España en el siglo XIX vivía un atraso cultural y científico impresionante. Un ejemplo es que el primer Ministerio de Educación en España se fundó en 1900, hasta entonces no había. En 1906 a Ramón y Cajal le dan el premio Nobel, y el presidente del Gobierno en aquel momento, Moret le ofrece ser ministro de Educación. Su respuesta fue que no, que él era investigador y que no se metía en batallas políticas, pero en cambio le pidió que creara un organismo que facilitara la investigación, para que hubiera posibilidades de que la gente joven se fuera y así nace en 1907 la JAE, la estructura que es la que promocionó la ciencia, la literatura, el derecho y todo. Eso fue el origen, y además tuvo la suerte de que se crea cuando Alfonso XIII y se mantiene hasta la República, se acaba en el 36 con la Guerra Civil. Eso es lo que a posteriori viene a ser el actual Consejo Superior de Investigaciones Científicas, el CSIC.

¿Cuál fue el destino de cada uno de los cuatro discípulos canarios de Negrín?

Domingo Hernández Guerra se murió muy joven, con 32 años y apenas dejó huella; Diego Díaz se tuvo que ir a Francia a trabajar de médico en la Cruz Roja para poder vivir; Blas Cabrera se marchó a México y allí se empleó en un laboratorio; y Pedro de la Barreda, después de cumplir sentencia en Soria regresó a Madrid y empezó a trabajar con Jiménez Díaz en el año 42. En definitiva, la época en la que se creó el Laboratorio de Fisiología de Negrín fue una etapa de esplendor en la investigación en España, con un nivel altísimo, que nada tenía que ver con el siglo XIX. Nos pusimos a la vanguardia, pero con el levantamiento contra la República se acabó todo, y se perdió mucho talento.

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