La Provincia - Diario de Las Palmas

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Entrevista a Timur Fayziev

"Desde el primer momento se pudo ver la sed de ballet de los canarios"

"Es tan grande el abrazo con el que se nos ha recibido en las Islas que hacen falta tres o más funciones", confiesa el director del Ballet de Moscú

Timur Fayziev con sus bailarinas. LA PROVINCIA / DLP

La compañía que usted dirige vuelve a Las Palmas por tercera vez en este año. ¿Suele repetir escenarios con tanta frecuencia, o lo hace a petición de los aficionados canarios?

Sí que se da, y mucho, el hecho de repetir escenarios, pero comentarte que, como en este caso, visitar tres veces en un año el mismo teatro, no es lo normal. Es tan grande el abrazo con el que se nos ha recibido en las Islas, que son necesarias estas tres funciones o más para devolverlo. Desde el primer momento, se pudieron apreciar las ganas, la sed de ver ballet que tenía el público canario, hecho que no podíamos ignorar, todo lo contrario, debíamos apreciar y corresponder.

Las giras de su ballet por numerosos países europeos y asiáticos le permite conocer la calidad de los diferentes pú- blicos. ¿En qué lugar sitúa a los canarios?

Destacaría como te he comentado antes, las ganas de asistir al teatro, de empaparse de la cul- tura del ballet. Y no solo en el hecho de venir a ver las funciones, sino en el sentido académico también. Son muchas las escuelas con las que hemos interactuado y es asombrosa la cantidad de alumnos que hay en ellas. No hablamos de espectadores solamente, sino que saben reconocer la calidad y el trabajo realizado, lo que te emociona especialmente cuando ves la sala llena de gente agradeciéndote con sus aplausos todo tu esfuerzo.

La danza clásica y contem-poránea ha tenido en Cana- rias academias y profesores importantes durante los últimos 50 años. Si ha entrado en contacto con algunas de ellas, ¿cómo valora su nivel técnico y artístico?

Sí, sí, desde luego que existe una relación con las academias. Es fundamental. Desde siempre hemos necesitado acercarnos a ellas con el fin de seguir motivando a los alumnos y alumnas a que sigan trabajando. De hecho, cuando la logística de las giras nos lo ha permitido, hemos programado una master class gratuita. Y, además, siempre se invita a las academias a que asistan a ver la clase que cada día realizan nuestros bailarines antes de la función. El nivel es alto y, sobre todo, es mucha la ilusión, que es lo que te da la fuerza para continuar dedicándote a este arte, el cual necesita de un gran esfuerzo diario. Esto es lo que siempre trasmitimos.

El repertorio de sus giras es el de los grandes títulos del clasicismo ruso, con coreografías de Petipa e Ivanov. ¿A qué atribuye la vigencia de estos maestros del siglo XIX?

Son obras eternas, la magia de las historias, la genialidad de las partituras, el desafío que sigue representando interpretarlas. Es la unión de todo esto. Tanto ahora, como cuando fueron compuestas, éramos y somos personas capaces de emocionarnos, de sentir, de llorar y reír. Son obras que van ahí, al corazón.

Otros coreógrafos de talento han actualizado muchas veces a ambos creadores. ¿No interesa esta evolución a los públicos de hoy?

Claro que sí, la idea de revisar a estos clásicos siempre es bienvenida por todos, tanto por bailarines como por el público. Hemos podido ver versiones geniales que han conseguido extraer el concepto y plasmarlo de una manera visual diferente. Siempre es muy interesante.

Más de 60 giras internacionales en los 25 años de vida del Ballet de Moscú significan una incesante actividad viajera. ¿Es bueno para los bailarines, o necesitan reciclar su técnica con un trabajo más sedentario?

En el caso del Ballet de Moscú, que se nutre de bailarines de grandes teatros y de nuevas promesas que salen de nuestra academia te diría que el trabajo de reciclaje se hace en las propias giras. No paramos de trabajar. Además, este mismo hecho, es el que permite al bailarín convivir y conversar con otros bailarines acerca de sus experiencias. Lo que ya de por si, hace que tu mundo del ballet sea más amplio. Y no solo en el escenario, los viajes, los cafés, todo nos convierte en una gran familia. Y de las experiencias de otros aprendemos todos.

El Cascanueces que ahora traen a Las Palmas es un clásico en tiempos navideños. ¿A qué se debe?

Evidentemente, la propia historia de Cascanueces nos traslada a esa época del año. El gran árbol de navidad que está presente durante los dos actos, los juguetes, la nieve, todo nos permite viajar a ese mágico momento que es la navidad para todos.

La rutina de ensayos de los bailarines es muy exigente. ¿Evoluciona la enseñanza para hacerla menos sacrificada?

Si bien algunas técnicas se han suavizado, seguimos pensando que el rigor académico y el esfuerzo personal han de estar presentes en la educación de los bailarines. No obstante, sí que podemos apreciar, en el caso del Ballet de Moscú, que son los mismos artistas los que demandan horas y horas de trabajo, ellos mismos son sus peores críticos. Por lo que para superarse o mejorar, dedican mas tiempo incluso que el que nosotros exigimos. Es algo que nos hace estar orgullosos de todos y cada uno de ellos. Han nacido y viven por el ballet.

¿Cuántos años puede durar un bailarín o bailarina en plena forma física?

La vida de los bailarines es muy intensa, es mucho el tiempo que tienes que dar a esta vida . Vida que, además, como dices tú, te exige estar en una forma física impecable. La verdad es que esa misma intensidad es la que la convierte en una vida corta, porque cuando empiezas, ya sabes que cuando tengas, no sé, 35 años por ejemplo, te seguirá alguien con 25 años que saltará más alto que tú. Afortunadamente, las puertas no se cierran y el camino de convertirte en profesor siempre está ahí. Yo mismo sería un claro ejemplo de que aunque abandones los escenarios, puedes seguir cerca de este maravilloso arte.

El Ballet de Moscú incorpora gran número de jóvenes promesas. En sus 25 años de existencia ¿cuántos se han convertido en estrellas?

Muchos de nuestros bailarines llegan y se quedan en grandes teatros como por ejemplo el Bolshoi, el NewYork Ballet o el de San Petersburgo. Pero destacaría la calidad que acaban obteniendo en nuestra compañía, no sólo a nivel técnico, que sin duda es necesario, si no a nivel humano, que es una de las lecciones más importantes que se pueden aprender en el Ballet de Moscu. La humildad, la sinceridad a la hora de interpretar, el considerarte parte importante de la obra sin importar el rol que estés representando. Ese tipo de estrella es el que brilla en nuestras representaciones.

Las escuelas legendarias de Rusia, como las de Pushkin o Baganova ¿tienen continuidad al mismo nivel?

Por supuesto, ambos institucionalizaron fundamentos y maneras de interpretar que perduran hasta hoy. Les debemos la expresividad e interpretación de cada paso. Aportar alma a los movimientos. Su método está más que vigente en escuelas de todo el mundo y es necesario para que el ballet posea la magia que atrae al público.

Háblenos de Cristina y Alexey Terentiev, los grandes solistas que ahora vienen al Auditorio Alfredo Kraus.

Son mucho los años que trabajamos juntos, son como hijos para mí. Cristina es la fuerza hecha dulzura o la dulzura hecha fuerza. Es una gran bailarina. Posee una técnica asombrosa. Baila desde el alma y se nota, puedes ver en el escenario cuando se rompe de dolor porque así se lo pide su personaje, enloquecer en Giselle, mostrar la gracilidad e inocencia de una niña en el Cascanueces. Es una primera bailarina. Tiene todo lo necesario para ello. Llegar a ser la artista que es Cristina no es el resultado de horas de trabajo, esa manera de interpretar se tiene, no se aprende. Alexey goza también de esto. Cuando sale al escenario se nota que ha llegado el primer bailarín. Sus saltos son espectaculares, su carácter y fuerza son también elementos que destacar. Ambos forman una pareja increíble. Dos solistas en los que puedes confiar al cien por cien. Saben trasmitir al público. Eso se nota mucho en cada paso a dos.

La emotividad de la danza, imprescindible para que una gran técnica seduzca a los públicos ¿es innata o puede aprenderse?

Desde que creé la compañía en 1989, ha sido una de mis máximas, que el Ballet de Moscú estuviera formado por actores bailarines. No se puede salir vacío al escenario. Es importante asignar cada rol al bailarín adecuado, independientemente de que este exija más o menos técnica. Al fin y al cabo, lo que hemos de vivir en el escenario es una historia que se apoya en unos personajes. Por eso es muy importante para mí que los bailarines sientan, hagan suyas las palabras de cada actor, se transformen en ellos. El resultado de esto es la emotividad de la que hablas. Cuando se está interpretando con la sinceridad que lo hacemos nosotros, el público se da cuenta, y es ahí donde se crea la magia.

A su juicio, ¿quiénes son en la actualidad el mejor maestro, el mejor coreógrafo, la mejor bailarina y el mejor bailarín del clasicismo ruso?

Los mejores coreógrafos: M.Petipa y Y. Grigorovich. Tanto en Rusia como en todo el mundo hay muchos buenos bailarines y es difícil nombrar a los mejores. Para mí los más llamativos son Vladimir Vasiliev, Mikhail Baryshnikov y Maya Plisetskaya. En Rusia, hay muchos buenos maestros que transmiten su experiencia, no solo en Rusia, sino en todo el mundo. Para cada artista, el maestro en la escuela es lo más preciado. Por eso, este es mi maestro de danza clásica Vladimir Nikonov.

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