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Entrevista a Juan Zelada

"Los músicos somos el cúmulo de las cosas que hemos escuchado"

"Me interesa retratar en el FEX la condición de nómada del músico, el no tener casi ningún rumbo fijo", señala el músico

"Los músicos somos el cúmulo de las cosas que hemos escuchado"

Su masterclass en el FEX gravitará sobre su experiencia formativa como músico entre Inglaterra y España, ¿qué aspectos claves va a destacar?

Mi exposición viene a ser humildemente un repaso de lo que ha sido mi carrera en Inglaterra en contraste con los tiempos de mi regreso a España. Pero dentro de esa comparativa me interesa retratar en el FEX la condición de nómada del músico, el no tener casi ningún rumbo fijo, ni siquiera tu casa, porque tienes que adaptarte a las situaciones profesionales que van surgiendo. En ese sentido, buscas un equilibrio entre la necesidad de adaptación y de proponer y activar siempre cosas nuevas.

En esa etapa recaló en el Liverpool Institute for Performing Artists, donde le distinguió el mismísimo Paul McCartney por la mejor composición de su promoción. ¿Cuál fue su principal aprendizaje en estas aulas?

E realidad, yo era un estudiante de facultad poco aplicado, pero cuando en una escuela creativa en Madrid me hablaron de estas becas que concedían para estudiar en la escuela que McCartney fundó en Liverpool en 1996, quise aprovechar la oportunidad. En la audición toqué un par de temas de Billy Joel y para allá que nos lanzamos. En total, fueron tres años muy intensos, que viví a tope, donde aprendí muchísimo, empecé a trabajar y empecé a sentirme músico de verdad. Esa etapa en Liverpool fue la prueba de fuego en cuanto a saber si realmente podía dedicarme a la música, así que después de Liverpool bajé a Londres, que era el paso racional.

¿El músico se forma en los escenarios y estudios de grabación o también es necesario cultivar la vertiente académica?

Yo siempre he tenido envidia a los músicos más académicos, porque en mi casa siempre habíamos sido muy autodidactas. Mi padre tocaba la guitarra de oído y, sin duda, hay una parte intuitiva que no se enseña, sino que es resultado de las horas que nos tiramos en nuestra infancia o adolescencia escuchando música y viendo conciertos. Esa parte intuitiva es difícil de aprender, pero también hay una parte académica, de leer y entender el lenguaje de la música, y que es lo que verdaderamente se puede sacar a relucir, porque las posibilidades se multiplican y las aptitudes de un músico mejoran, ya que sabe más sobre lo que está haciendo. Por mi parte, a medida que fui aprendiendo estudios básicos de composición, improvisación o armonía, me fui adentrando en estilos más jazzísticos o electrónicos y eso me lo permitió el contar con una mayor formación teórica.

¿Cuándo logra Juan Zelada forjarse una voz propia y de qué lenguajes musicales se nutre?

Me resulta complicado encasillarla dentro de unos géneros, pero intento que el resultado sea siempre auténtico y sincero. Los músicos somos el cúmulo de las cosas que hemos escuchado y, en mi caso, siempre escuché a los grandes cantautores norteamericanos y británicos, como Paul Simon, James Taylor o Billy Joel; y a la vez, he tenido un gusto especial por la música negra en las voces de Ray Charles, Otis Redding o Stevie Wonder. Estos artistas han sido siempre una referencia en casa, así que me ha salido natural tirar por ahí. Yo definiría mi música dentro del soul, que tampoco es un género muy cerrado, porque acepta muchas interpretaciones.

¿Por qué decide volver a España y cómo vivió ese regreso?

En 2014 comencé a sentir que, por un lado, tenía una morriña que iba creciendo, y que, por otro lado, había vivido unos tres o cuatro años muy buenos en Londres, pero ya llevaba siete u ocho años viviendo ahí, así que ya iba quemándose una etapa. Además, cada vez me costaba más financiar el proyecto y mantener la misma motivación, además de que mis músicos, que son como mis hermanos ingleses, tenían que seguir sus caminos. El ogro de la parte económica de la industria musical es una realidad, porque la inversión cuesta y la discográfica tiene que cumplir con unos requisitos. Y en ese proceso de agotamiento surgió la oferta de Carlos Jean y su sello Muwom en Madrid, que me tomé como la señal de que tocaba cambiar.

¿Cómo se pergeñó su segundo disco Back on the track (2015) con el sello español Muwom y Carlos Jean en la producción?

Pues fue un trabajo novedoso y supuso estar en constante aprendizaje. Yo sólo había hecho cosas con banda a la antigua: nos reuníamos para ensayar, grabábamos en el estudio y luego girábamos. Pero con Carlos Jean el método es diferente: en el estudio, yo le presento canciones y luego las tratamos de cero para montar cada una. Por tanto, es un proceso más personal y de trabajar mano a mano con él. Así se gestó el disco de Back on track y fue muy revelador. Yo venía de viajar de mochilero por Sudamérica durante cuatro meses y había hecho muchas cosas, pero quería dejarme influir por la labor de producción. Y creo que hubo muchos aciertos en ese disco y, por mi parte, aprendí claves del mundo de Carlos Jean en cuanto al potencial que encierran las canciones.

¿Cómo fue el salto del sello británico Decca Records, con quien graba su primer disco, High Ceilings & Collar Bones, a su segundo álbum con Muwom?

El salto fue grande, porque trabajas bajo el paraguas de una marca nueva y con Muwom tuve que trabajar en la composición de canciones de forma un poco más aplicada a la marca y a lo que te pedían desde el sello. Eso es complicado, porque a mí me encanta componer, pero es un reto componer para marcas y, a la vez, mantener la cosa de la banda sostenible y seguir haciendo directos. Además, tuve que adaptarme a la realidad de que en España los recursos son mucho menores que en Londres.

En el FEX presentará su tercer disco Be Somebody, junto a los alumnos del Conservatorio de Las Palmas de Gran Canaria y Fábrica La Isleta. ¿Alguna vez había puesto sus canciones en manos de estudiantes?

Nunca, esto va a ser otro aprendizaje más y una cura de humildad importante, porque será muy revelador ver cómo los alumnos afrontan y reinterpretan las canciones y como yo consigo coordinar todo de manera que el proyecto sea constructivo para las dos partes. Tocaremos una mezcla de algunos temas más básicos que tocaba en Londres, que son más reconocibles para la gente y, luego, temas de Be Somebody. La verdad es que la idea me ilusiona mucho y es un lujo que hayan contado conmigo.

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