El sindicato educativo ANPE Canarias ha contabilizado un total de 155 casos de profesores agredidos en los centros educativos del Archipiélago, durante el curso 2016-2017. Esta cifra supone un aumento de un 12,3% en comparación con el año académico anterior, en el que se conocieron 138 casos. Estos datos sitúan a las Islas como una de las Comunidades Autónomas en las que se computan más agresiones a docentes. Así lo puso de manifiesto ayer Bernardo Huerga, Defensor del Profesor en la provincia de Las Palmas, junto a María Perera, presidenta de ANPE Las Palmas, tras hacer pública la Memoria del Defensor del Profesor 2016/2017. El informe desvela, además, que la violencia física, las faltas de respeto y el ciberacoso son las principales armas de los adolescentes canarios para atacar a los educadores.
Asimismo, las fuentes sindicales alertan del creciente número de las denuncias falsas interpuestas a los docentes, siendo 19 las registradas el último curso. "En algunos casos hemos tenido que recurrir a la vía judicial", sostuvo Huerga. Y añadió que, "todas estas denuncias están relacionadas con situaciones que se producen en las aulas , que se sacan de contexto, y con discrepancias con las califi-caciones otorgadas a los estu-diantes, pero sin aportar pruebas que culpen verdaderamente al profesorado". Siguiendo esta misma línea, Perera aseguró que " ya se han producido algunos casos en los que los padres llevan a testificar a los juzgados a sus grupos de amigos, y mienten. Y esta información falsa que difunden es desmontada por el juez, por encontrar contradicciones en los testimonios". A esto hay que añadir que "el docente tiene siempre presunción de veracidad como autoridad pública en el ejercicio de su función", explicó Huerga.
Los grupos de Whatsapp de padres es otra vía que causa inquietud. Son muchos los progenitores que intercambian mensajes insultantes hacia los maestros de sus hijos por esta vía, e incitan a ir en su contra. De hecho, la red de mensajeria fue la responsable del 11% de las denuncias falsas emitidas. "Se está haciendo un mal uso del Whatsapp y debería existir un arbitraje a la hora de participar en los grupos. Es necesario educar a los padres", apostilló Huerga. Unas 53 de las agresiones registradas fueron protagonizadas por progenitores durante el curso pasado. La mayoría de ellas, estaban vinculadas a la violencia verbal.
El ciberacoso es otro de los asuntos que más inquietud produce, y que va en aumento. Al parecer, muchos alumnos hacen un uso indebido de las nuevas tecnologías. "Se trata de provocar, premeditadamente, determinadas situaciones para generar conflicto, y que otro alumno grabe el suceso con el móvil. El estudiante acosa al profesor, de tal manera, que el docente tiene que reaccionar de una forma desproporcionada. Cuando esto sucede, la acción se descontextualiza, manipulan el vídeo, y lo comparten en Instagram, la red social más utilizada por los adolescentes", apuntó Huerga. El informe contempla 27 casos de esta nueva forma de acoso, que se ha vuelto tan popular para los más jóvenes.
Ante todos estos episodios, el profesorado se enfrenta a problemas que afectan a su salud, tales como la depresión, la ansiedad, e incluso, a un profundo miedo a ejercer la profesión. Lo que en muchos casos les lleva a solicitar la baja médica.
Por ello, solicitan una mayor protección jurídica. También, piden a la Consejería de Educación que "cumpla con el compromi- so de destinar el 5% del PIB al sector educativo, que adquirió a través de la Ley Canaria de Educación y que tiene que producirse antes de 2022", señaló Perera. Que además reclamó la extrema necesidad de conseguir "la cola- boración de los padres con los docentes, para que nuestro esfuerzo no se vea truncado".
