Alrededor de medio centenar de boticas de Gran Canaria, Fuerteventura y Lanzarote lucen el cartel de "farmacia vacunada" dentro de la iniciativa impulsada por el Colegio de Farmacéuticos de Las Palmas, junto a las entidades homólogas de médicos y enfermeros en la provincia oriental, en el marco de la campaña contra la gripe desarrollada por el Servicio Canario de la Salud (SCS) desde finales de octubre.

El presidente de la organización farmacéutica, Juan Ramón Santana Ayala, y la secretaria general del Colegio de Médicos de Las Palmas, Marta León Santana, comparecieron para subrayar la vacunación antigripal como medio para reducir la mortalidad y morbilidad asociada a la enfermedad y su impacto en la comunidad. "Nunca es tarde", destacó Juan Ramón Santana para solicitar al personal sanitario que se vacune, aunque ya transcurrieran cuatro semanas de la campaña.

Responsabilidad moral

Para Marta León, "el médico debe vacunarse como protección individual ya que está muy expuesto en función de su trabajo y por otro lado, para evitar ser fuente de contagio". A juicio de la secretaria de Médicos de Las Palmas, "vacunarse es una responsabilidad moral y deontológica del profesional sanitario".

En 2003, la Organización Mundial de la Salud recomendó aumentar las tasas de vacunación de la gripe estacional y en 2009 el Consejo de la Unión Europea adoptó recomendaciones para animar a los estados miembros a adoptar políticas y planes para mejorar la cobertura frente a la enfermedad. Desde entonces las tasas de vacunación han ido creciendo, pero el porcentaje de vacunación en adultos y mayores de 65 años sigue manteniéndose por debajo de las recomendaciones, lamentaron desde el Colegio de Farmacéuticos mediante una nota de prensa.

Además, el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad destaca la importancia de vacunarse frente a la gripe de manera anual puesto que los anticuerpos que se producen en respuesta a la vacunación antigripal disminuyen con el tiempo y pueden no garantizar una adecuada protección al año siguiente. Cada año se producen una serie de modificaciones antigénicas en el virus de la gripe que hace necesario adaptar la vacuna antigripal a las cepas que se estima que circularán en cada temporada.