El papa Francisco pidió el lunes "disculpas" a las víctimas de abusos sexuales, tras el escándalo provocado en Chile por su apoyo a un controvertido obispo debido a que no hay "pruebas" contra él, una expresión que, reconoció el pontífice, había "dolido". "El caso de [el obispo] Barros se estudió, se reestudió, y no hay pruebas. Es lo que quise decir. No tengo pruebas para condenarlo. Y si yo condenara sin prueba o sin certeza moral, cometería yo un delito de mal juez", dijo Francisco, que cree en la inocencia del obispo.

"El día que me aporten una prueba contra el obispo Barros, lo hablaré con ustedes. No hay una sola prueba contra él. Todo es calumnia. ¿Está claro?", había dicho el jueves pasado ante periodistas chilenos.

Un punto esencial "es lo que sienten las víctimas de abusos. Y debo pedir disculpas, porque la palabra prueba ha herido a muchas víctimas. Pero yo tengo que buscar la evidencia. Y pido disculpas. Es una herida [hecha] sin quererlo", reconoció en el avión de regreso al Vaticano.