"Vamos a continuar vigilando lo que está sucediendo, pero en este momento estamos muy lejos de un fenómeno observable en superficie". Es la principal conclusión expuesta ayer por el Comité Científico de Evaluación y Seguimiento de Fenómenos Volcánicos, que descarta riesgo sísmico en mar o tierra en La Palma. Los expertos se han reunido tras la activación por parte del Gobierno de Canarias del Plan Especial de Protección Civil y Atención de Emergencias por Riesgo Volcánico (Pevolca) a raíz de la crisis sísmica generada desde el pasado 10 de febrero en el sur de la isla de La Palma.

A la conclusión de la reunión, Blanca Delia Pérez señaló que "se trata de un nuevo episodio de intrusión magmática,similar al que ya se produjo en octubre, pero aún a mayor profundidad", por lo que "en este momento no hay nada que nos indique que ese magma pueda llegar a tierra o mar". En cualquier caso, Pérez considera que "La Palma está más vigilada que nunca y hablamos de episodios que, si bien no son habituales, sí pueden considerarse normales". Por ello, la intención de las diferentes instituciones que forman parte del Comité es "seguir trabajando y estudiando el fenómeno y su evolución y, si volvieran a darse episodios de este tipo, nos reuniríamos de nuevo para analizarlos e informar al Centro de Protección Civil y a la población".

Por su parte, María José Blanco, directora en Canarias del Instituto Geográfico Nacional, resaltó que las mediciones no detectan deformaciones en el terreno y que "éste es un fenómeno que acompaña a las islas volcánicamente activas y, con la capacidad que tenemos ahora las instituciones integrantes del comité científico para hacer un seguimiento detallado del fenómeno volcánico, cualquier mínimo signo de actividad es detectada".

La directora del IGN descartó que exista un número de movimientos sísmicos a partir del cual el riesgo de erupción pueda ser considerado mayor, recordando que "algunas de las reacciones posteruptivas en El Hierro fueron más fuertes que las iniciales y no fueron visibles". En esa línea, Blanco destacó que"estamos muy lejos de un fenómeno que pueda ser observable en superficie. Tenemos que ser conscientes de que vivimos en un archipiélago volcánicamente activo, algo que habíamos olvidado desde 1981 hasta las erupciones de El Hierro", por lo que "es esperable que se repitan y, en cualquier caso, veremos una aceleración del fenómeno cuando vaya a acercarse a la superficie".

Esa posibilidad quedaría cubierta gracias a "los sistemas de vigilancia, que captan cualquier fenómeno que pudiera ser precursor de un cambio o una evolución. El IGN ha densificado sus redes de control sísmico y de deformación, con casi 20 estaciones activas; el Instituto Español de Oceanografía realizará una campaña entre finales de marzo y comienzos de abril frente a la costa sur de La Palma para seguir estudiand o este fenómeno y el Involcan también está intensificando sus medidas". De esta forma, "todas las instituciones están haciendo un enorme esfuerzo para aumentar la calidad de la vigilancia que, si bien es ya muy buena, siempre es mejorable", concluyó María José Blanco.

En la reunión, presidida por la viceconsejera de Medio Ambiente y Seguridad, Blanca Delia Pérez, participaron representantes de la Administración General del Estado, Instituto Geográfico Nacional (IGN), Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), Instituto Volcanológico de Canarias (Involcan), Instituto Geológico y Minero de España (IGME), Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), Instituto Español de Oceanografía (IEO) y especialistas de las dos universidades canarias.

En el encuentro estuvieron también presentes la directora general de Seguridad y Emergencias del Gobierno de Canarias, Nazaret Díaz, y el subdirector de Protección Civil y Emergencias, Néstor Padrón.

Los expertos analizaron los parámetros de la actividad sísmica detectada en los últimos días e hicieron un pronóstico de la evolución, descartando cualquier riesgo de erupción volcánica en la isla a corto plazo. Los municipios de Villa de Mazo, El Paso, Fuencaliente, Tazacorte y Los Llanos de Aridane han sido los epicentros de la actividad sísmica, cuyo origen estaría en torno al Volcán Cumbre Vieja, una de las zonas volcánicas más activas de las islas y con una calma sísmica significativa en los últimos años.