El Ministerio Público mantuvo ayer la petición de la pena de prisión permanente revisable para Sergio D. G., después de rechazar el acuerdo para condenarlo a 20 años de prisión. Este joven está acusado de asesinar a cuchilladas y golpes a Salvador Luis González, vecino de Icod de los Vinos en Tenerife, que tenía 66 años en el momento del suceso y era propietario de varias carnicerías. Es la primera vez que la Fiscalía de Santa Cruz de Tenerife solicita la máxima pena privativa de libertad del Código Penal español, en una semana en la que el Congreso de los Diputados votará si se deroga o no este tipo de condena.

Los hechos que se juzgan en la Sala 12 de la Audiencia Provincial de Santa Cruz de Tenerife ocurrieron el 14 de enero de 2016. Según el escrito de acusación de la Fiscalía, Sergio D. G. acudió al domicilio de la víctima situado en el número cuatro de la calle Las Adelfas en Icod de los Vinos. Después mantuvo una discusión con el anciano motivada por la relación que el acusado mantenía con su nieta, que era menor de edad.

El informe sostiene que el acusado empujó a la víctima al suelo y aprovechándose de la dificultad de movimientos que tenía el anciano, como consecuencia de un Ictus que había sufrido con anterioridad, le asestó 37 puñaladas con un cuchillo que llevaba consigo y con otros que encontró en la vivienda.

Un total de 13 de estas puñaladas fueron profundas y afectaron a diferentes órganos vitales. Asimismo, el presunto autor de los hechos le produjo otras puñaladas en las extremidades, la espalda y el dorso, causándole la muerte debido a la pérdida de sangre.

Además, el cuerpo de la víctima apareció golpeado con objetos de diferente contundencia, con los que se le causó heridas en la cara, una fractura y hundimiento nasal y maxilar, así como rotura de los dientes.

Por todo esto, el Ministerio Fiscal acusa a Sergio D. G. de un delito de asesinato con alevosía y ensañamiento, ya que mantiene que se aprovechó de la situación de indefensión de la víctima y le provocó un dolor continuado. Asimismo, la fiscal también descartó que el acusado sufriera ningún tipo de trastorno psiquiátrico.

De esta manera solicita la prisión permanente revisable o de forma alternativa 25 años de cárcel. Además de 10 años de libertad vigilada, así como la prohibición de residir o acercarse al lugar donde sucedieron los hechos.

La Fiscalía también pide que el acusado indemnice con 60.000 euros a cada uno de los hijos de la víctima y con 120.000 a la hija.

La solicitud de penas de la acusación particular coincide con las del Ministerio Fiscal, pero además pide la inhabilitación absoluta y cifra la indemnización para la familia de la víctima en 400.000 euros.

El abogado señaló la "extrema violencia" con la que presuntamente actuó el acusado e indicó que lo sucedido fue el resultado de "un plan preconcebido" para acabar con la vida de la víctima.

El letrado indicó que Sergio D. G. había tomado un vuelo hasta la Isla desde Santander donde residía. En Tenerife había alquilado un apartamento en la playa San Marcos y durante un tiempo vigiló la casa de la víctima, hasta que finalmente subió y cometió presuntamente los hechos. Después, el abogado señaló que el acusado tenía previsto coger un vuelo de vuelta a Barcelona y de hecho, fue detenido cuando se disponía a embarcar el 15 de enero en el Aeropuerto de Los Rodeos.

La acusación particular también señala en su escrito que el acusado había realizado días antes de cometer presuntamente el asesinato más de 2.000 búsquedas sobre como asestar puñaladas mortales o cómo matar sin dejar huellas.

Bajo su punto de vista, el móvil que condujo a Sergio D. G. a cometer el crimen "fue vengarse de su exnovia y su familia por haber acabado con su relación".

Asimismo, el letrado señaló que la víctima "no tenía opción para defenderse" ya que el Ictus que padeció le había afectado a la capacidad de movimientos y le había dificultado el habla, por lo que tampoco habría podido pedir auxilio. Unas dificultades de las que el acusado era conocedor ya que durante unos dos años había visitado a la familia con motivo de la relación que mantenía con la menor, a la que había conocido a través de internet.

Además, el letrado explicó que el acusado unos meses antes de que sucedieran los hechos que se juzgan, también se había trasladado a la Isla y ocasionado destrozos en el vehículo de la madre de la menor, aunque la familia no había presentado denuncia. Además, la acusación indicó que el joven había sometido al anciano un "sufrimiento innecesario para causarle la muerte", ya que le asestó 37 puñaladas y le golpeó con violencia.

El acusado, Sergio D. G. se acogió ayer a su derecho a no declarar en el juicio. La sesión se reanudará hoy en la Audiencia Provincial de Santa Cruz de Tenerife.