En rueda de prensa, el instituto armado ha informado que se han incautado 53 armas, entre rifles, escopetas, y carabinas; así como unos 500 trofeos de caza: cabra hispánica, venados, jabalíes, muflones, gamos, rebecos, y otras especies protegidas y en peligro de extinción como la avutarda, la lechuza y el turón; y crías de animales congeladas.

Además, en la provincia de Toledo ha sido descubierta una taxidermia ilegal, donde supuestamente parte de los ahora detenidos llevaban los animales abatidos, para ser disecados, y en Salamanca se han realizado dos registros en taxidermias, donde se han intervenido distintos trofeos y especies protegidas.

En Toledo también se ha incautado una prensa y un torno, utilizados para la fabricación de silenciadores, comúnmente conocidos como "chupetes", que eran vendidos a sus clientes por unos 700 euros para utilizarlos luego en su cacerías furtivas por Soria, Guadalajara y Salamanca, principalmente.

Algunos de los integrantes de la red tienen antecedentes por los mismos delitos desde los años 80.

Durante la investigación, los agentes del Servicio de Protección de la Naturaleza (SEPRONA) han podido comprobar que el grupo de Toledo era el encargado de organizar las cacerías con los clientes interesados, de fabricar los silenciadores y los dobles fondos en los automóviles para evitar que las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad localizaran las armas ilegales y los trofeos de caza en los traslados.

Los detenidos en Toledo son: V.M.R, encargado de realizar las labores de vigilancia previa y avisar si observaba algún vehículo extraño en el lugar escogido para la caza furtiva; J.C.C. y J.L.S.B, quienes fabricaban los silenciadores; P.C.C, encargado de practicar los dobles fondos en los automóviles, y J.A.S.G. y J.C.C.

Los detenidos de Salamanca, localizados cuando compraron silenciadores al grupo de Toledo son:M.H.P., L.A.O.C., P.G.L., y J.B.P.

En Madrid han resultado detenidos: M.T.C y J.R.C., este último ha sido identificado como el cabecilla de la red y responsable de captar clientes interesados en la práctica furtiva de la caza, buscar el lugar idóneo según la exigencia del cliente y facilitar el rifle.

Responsables de la Guardia Civil han declinado informar si entre los clientes de estas monterías furtivas hay personas conocidas, aunque han señalado que en general tienen un poder adquisitivo medio -alto.

Los detenidos han sido acusados de delitos relativos a la protección de la flora y la fauna y animales domésticos, penado sólo con multa, pero también de asociación ilícita, delito este último que sí podría conllevar pena de cárcel.