Una vecina de Playa de Arinaga, Estrella Herrera Bordón, denunció que un hombre calvo y alto intentó el pasado jueves raptar a su hijo, Santi Rodríguez, de doce años de edad. La supuesta persecución fue desde el Cruce de Arinaga hasta la playa.

Tras interponer una denuncia en la Guardia Civil de Agüimes, la madre pidió que encuentren al hombre "que le ha quitado la tranquilidad a mi hijo y a toda la familia. A mi hijo de doce años lo han intentado raptar".

Los hechos tuvieron lugar cuando Santi Rodríguez, de doce años, de Playa de Arinaga, pidió a su madre permiso para ir a visitar a su tío a la ferretería del Cruce de Arinaga sobre las 18.45 horas del pasado jueves.

Aunque Estrella Herrera Bordón aconsejó a su vástago que cogiese un taxi, el menor decidió ir en guagua. "Cuando llamé a mi cuñada y me dijo que el niño no había llegado aún me puse muy nerviosa. Desde la playa al Cruce se llega en apenas diez minutos y había pasado media hora. Salimos a buscarlo desesperados", comentó nerviosa Estrella Herrera.

Los padres del joven preguntaron en la parada de taxis, a vecinos y nadie lo había visto. Entonces, en una de las calles del Cruce de Arinaga encontraron al menor llorando y muy nervioso.

"Cuando lo cogí en mis brazos me dijo, 'mamá un hombre me está siguiendo, es calvo y fuerte', y se desmayó", señaló la vecina de Playa de Arinaga.

El matrimonio llevó al joven al centro de salud de Agüimes preocupados, no sólo por su desmayo, sino por la insuficiencia renal crónica que padece desde hace años. "De inmediato fuimos a la Guardia Civil, denunciamos el hecho e hicieron una batida por toda la zona sin encontrar a nadie con esa descripción", comentaron.

DESCRIPCIÓN. Santi Rodríguez, tras recuperarse, contó a la Guardia Civil que tras sellar una quiniela en el Cruce de Arinaga, un señor calvo y fuerte lo siguió. El afectado aseguró que cruzaba la calle y él lo seguía, cada vez más cerca hasta que comenzó a correr y éste también corría hasta intentar cogerlo.

Desde ese día, Santi Rodríguez está en tratamiento psicológico y padece insomnio, además de no querer separarse de nadie en ningún momento. "Está triste, desorientado y muy nervioso. En el instituto del Cruce de Arinaga donde él estudia se portaron muy bien. Las instituciones prefieren que este tipo de casos no salgan a la luz por la alarma social. Creo que se equivocan y se deben saber. Nuestros hijos no pueden vivir aterrorizados", criticó la madre.