El titular del juzgado de Instrucción número 1 de la capital grancanaria impidió, en una decisión adoptada a mediodía de ayer, que los restos mortales de In Sil, la menor coreana de 12 años que fue asesinada en horas de la tarde del sábado en su domicilio de la plaza de Manuel Becerra de la capital grancanaria, fueran incinerados a las siete de la tarde del lunes, como era intención de su familia con el objeto de trasladar sus cenizas hasta Corea del Sur, país en el que actualmente se encuentra su madre, persona que se desplazó hasta este país recientemente con el objetivo de ser tratada de una grave dolencia física que la aquejaba desde hace algún tiempo.

Aunque no han trascendido detalles de las razones que impulsaron a la autoridad judicial a adoptar esta decisión, por cuanto que tanto la investigación como la actuación judicial se encuentran bajo secreto, distintos medios consultados por este periódico apuntaron al hecho de que con esta acción se pretende salvaguardar los restos de la menor ante cualquier toma de muestras biológicas que en el futuro puedan precisar los investigadores.

Al parecer, y según los datos captados en fuentes cercanas a la familia de la menor asesinada, su padre es partidario de la incineración ya que es propósito del mismo trasladar sus cenizas hasta el país oriental. De hecho, cabe la posibilidad de que el hombre, que sufrió un fuerte colapso emocional al descubrir a su hija muerta sobre una de las camas de su vivienda del Muelle Grande cuando regresaba de jugar al golf, también tenga la intención de establecerse en su país de origen, una vez que su negocio experimentara un fuerte descenso en las ventas durante los últimos años.

De hecho, al hilo de este tema, ayer trascendió que el traslado de las cenizas no sólo iban a estar destinadas a la esposa del comerciante, sino a la madre biológica. Al parecer, la niña asesinada, de sólo 12 años, había sido adoptada por esta familia asentada en Gran Canaria hace más de 20 años. La pareja tenía otro hijo, de unos 20 años, que también vive en Corea.

La incineración de los restos de In Sil, que se había programado para las siete de la tarde del lunes en la capital grancanaria, ha quedado aplazada sine díe por decisión judicial y hasta cuando el Cuerpo Nacional de Policía no ultime las investigaciones que tiene en marcha desde pocos minutos después de que el padre, presa de un ataque de nervios, comunicara el macabro hallazgo a los policías de la Comisaría de Distrito Norte, ubicada a escasos 200 metros de su domicilio.

Aunque el Cuerpo Nacional de Policía mantiene en secreto todas las gestiones desarrolladas en torno al esclarecimiento del asesinato, ayer trascendió que a lo largo de la jornada más de una decena de orientales fueron llamados a declarar a las dependencias de la Brigada Provincial de Policía Judicial en relación con el suceso.

Además, y siempre con la cautela de no disponer de confirmación por parte de las fuentes policiales y judiciales, ayer trascendieron algunos detalles del informe pericial de la autopsia. En tal sentido, los datos recabados apuntan a que la muerte de la menor se produjo como consecuencia de un fuerte traumatismo craneoencefálico provocado con un objeto contundente, presumiblemente metálico. En las horas posteriores al hallazgo del cuerpo se especuló con la posibilidad de que pudiera tratarse de una bombona portable de gas butano del tipo 'Butsir', aunque otras fuentes hablaban de un ladrillo o una piedra.

Lo que no ha quedado claro es si sólo se produjo un impacto o, por el contrario, el agresor impactó varias veces el objeto contundente contra el cráneo de la pequeña que, terminó prácticamente destrozado.

Sin embargo, y aunque el cuerpo estaba semidesnudo, no ha quedado confirmado que se produjera cualquier tipo de agresión sexual contra la pequeña, circunstancia que hay que tomar con mucha cautela por cuanto no se han ofrecido datos a nivel oficial.