La Policía Nacional ha identificado a la mujer asesinada en la zona de Playa Blanca, en Puerto del Rosario (Fuerteventura). Se trata de una ciudadana colombiana que responde al nombre de Julia A. A. y que llevaba varios meses viviendo en la capital majorera. La mujer tenía como lugar de residencia el chiringuito donde encontró la muerte de forma violenta. Al cierre de esta edición la policía no había realizado ninguna detención, aunque las investigaciones se intensificaron en el entorno de la mujer. En la jornada de ayer se tomó declaración, en calidad de testigos, a varios hombres (algunos de ellos menores que rondan la mayoría de edad) a los que se veía habitualmente con la mujer; incluso, en determinados círculos de la capital se extendió el rumor que algunos de ellos pudiera estar detenido. Por el contrario, no ha trascendido si entre estas personas se encuentra un varón con el que se le veía habitualmente transitando entre el núcleo urbano de Puerto del Rosario y Playa Blanca y que algunas fuentes calificaban como su mejor amigo.

El cadáver de Julia A. A. presentaba numerosos signos de violencia con golpes en la cabeza, que le destrozaron el cráneo, y en la mayor parte del cuerpo. Sin embargo, el asesino se encargó de desfigurar el rostro cortándole toda la piel de la cara con una navaja para tratar de obstaculizar el trabajo de identificación. La víctima también sufrió una agresión sexual y tenía varios cortes en los brazos.

La autopsia que se realizó ayer al cadáver de Julia A. A. , según ha podido conocer este periódico, refleja que la principal causa de la muerte fueron los múltiples y graves traumatismos craneoencefálicos provocados por fuertes golpes en la cabeza con un ladrillo de obra. La Policía encontró alrededor del cuerpo ladrillos de construcción ensangrentados. Con ellos ocasionaron a la víctima una importante hemorragia. La muerte de la colombiana se sitúa 24 horas antes de su hallazgo, es decir, el viernes. La alerta a la policía se produjo el sábado por la tarde.

La policía volvió ayer al lugar del crimen. Agentes de la Policía Científica del CNP registraron la zona de la playa y, especialmente, entre los arbustos que existen en el lugar. Otros especialistas centraron su labor en el interior del chiringuito en busca de pruebas que puedan conducir a la detención del asesino.

Julia A. A. solía ir a comer cada día al comedor social de Caritas, ubicado en el barrio de Fabelo, donde también se aseaba y donde disponía de una taquilla con efectos personales y productos de aseo. Algunos de los usuarios de esta ONG la recuerdan "como una mujer alegre, algo tocada de la cabeza porque siempre estaba cantando, hablando sola o gritando", señalaron a este periódico. También era frecuente observarla por el entorno de la avenida marítima en compañía de un hombre de pelo castaño y largo y media estatura " siempre la veíamos con él caminando por aquí e, incluso, entrando o saliendo en el chiringuito, que era donde vivía. Ella nos decía en Cáritas que había encontrado un novio", apuntó un compañero de mesa en el comedor de Cáritas que prefirió mantener el anonimato.

La mujer fue vista por última vez el viernes en torno a las 17.00 horas en compañía del citado varón caminando hacia Playa Blanca. Desde entonces se le perdió la pista. Ello hace pensar a los investigadores que el asesinato se pudo haber producido escasas horas después, aunque hasta el momento no existen pruebas que determinen al autor. Eso sí, los agentes ya han identificado al acompañante de Julia y a otras personas de su entorno con los que solía frecuentar algunos lugares públicos, en especial bares. También han interrogado durante unas cuatro horas al joven que comunicó el hallazgo del cadáver.

Incógnitas

El cadáver de Julia A. A. fue localizado en la tarde del viernes por un menor de edad que suele merodear por la zona de Playa Blanca junto a otros compañeros. Sin embargo, no dio la voz de alarma a la Policía hasta el sábado a media tarde, un detalle que los agentes policiales tratan de descifrar, si el menor tuvo miedo a denunciar, que al parecer es lo que manifiesta, o tiene alguna relación con el caso. Durante su interrogatorio en la Comisaría de Policía de Puerto del Rosario el joven negó toda implicación con la muerte, aunque aseguró que conocía a la víctima y que sabía que residía en el chiringuito.