El pasado día 2 de febrero agentes del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona), de la Guardia Civil, procedieron a la detención de un hombre de 77 años, quien supuestamente había colocado en el interior del Parque Rural del Nublo, en Gran Canaria, cebos envenenados que causaron la muerte a una gran cantidad de animales.

La investigación se inició cuando el coordinador del Centro de Recuperación de Fauna Silvestre de la Consejería de Medio Ambiente del Cabildo Insular de Gran Canaria, Pascual Calabuig, denunció ante el Seprona de San Mateo que en la zona conocida como Llanos de la Pez, en Tejeda, se habían hallado varios cebos de carne, supuestamente envenenada.

Como consecuencia de la presencia de estos cebos, fueron detectados una "gran cantidad" tanto de animales silvestres muertos, aguilillas o cuervos, como especies domésticas, como perros y gatos.

El citado lugar se encuentra dentro del Parque Rural del Nublo y en la zona declarada Reserva de la Biosfera de Gran Canaria. Es un lugar de muy alto valor biológico, que da cobijo a gran variedad de especies silvestres, algunas en peligro de extinción. También es la única zona de Canarias donde se había acreditado la nidificación del ave rapaz milano negro.

Miembros del Seprona se trasladaron al lugar donde tomaron muestras de los cebos las cuales se remitieron al laboratorio de Toxicología de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC) para su correspondiente analítica, dando como resultado positivo en un veneno conocido como carbufarano, un plaguicida altamente peligroso que esté excluido de la Lista Comunitaria de Sustancias Activas.

Las investigaciones realizadas hicieron sospechar de un individuo, al que tras ser

interceptado le fue inspeccionado su vehículo, encontrándose en el maletero del mismo una botella de plástico de medio litro conteniendo un líquido de color azul, reconociendo su poseedor que era veneno. Tras ser analizado en el Instituto Toxicológico se confirmó que contenía el citado agente tóxico.

Al detenido se le acusa de un delito contra la protección de la flora, fauna y animales domésticos. Una vez el juez le tomó la correspondiente declaración en presencia de su letrado, fue puesto en libertad.

Tras continuar con las investigaciones, el Seprona imputó por el mismo delito a J.A.M.Q de 49 años de edad y vecino de San Mateo, que trabaja como vigilante de un coto de caza privado sito en las proximidades del lugar, por supuestamente participar en el referido hecho delictivo.