Pedro Melián Santana, a un mes de cumplir 78 años, y Francisco Rodríguez Ortega, de 25, volvieron a nacer en la madrugada de ayer después de vivir 16 horas de angustia. Ambos habían perdido todo lo que llevaban encima -carteras, teléfonos móviles, llaves, gafas, tabaco, motor y papeles de la zódiac, bengalas...-, cuando un golpe de mar les sorprendió y hundió gran parte de la embarcación en la que pescaban.

El septuagenario estuvo prácticamente las dieciséis horas metido en el agua, y unas ocho horas remando, hasta que no pudo más. Mientras, el joven estuvo más sobre el tubo de goma, pidiendo auxilio, silbando y clamando un milagro a la Virgen del Carmen; y en muchas ocasiones, nadando en busca del tubo de goma cada vez -fueron muchas y constantes- que una ola los sacudía y les arrebata ese tubo salvador.

Estos dos vecinos de El Tablero, en San Bartolomé de Tirajana, salieron sobre las 08.00 horas del jueves desde el puerto de Mogán. Estaban a dos millas de la playa de Veneguera cuando unas tres horas después el golpe de mar los pilla pescando a caña. "Fue muy rápido. En un instante entró mucha agua", destaca el septuagenario, que pudo conservar el reloj en la muñeca.

El joven boxeador pudo reaccionar con tiempo suficiente para liberar a su compañero de pesca de la cuerda que se le enredó en un instante en un pie, para poco después recuperar un salvavidas y un remo. "Si no, él se hubiera hundido, arrastrado por la parte del casco que se fue al fondo", comenta Francisco.

Cada uno se repartió su posición en el tubo "resbaladizo", que siempre quisieron recuperar cuando el oleaje se lo llevaba. "Pasaban las horas y no veíamos ningún barco, ninguna lancha. Él se ponía nerviosillo. Gritaba, silbaba, pedía auxilio. Preferí ni silbar", explica este pescador con más de 50 años de experiencia, que agregó: "Él quiso ir nadando a la costa. No hubiera llegado nunca". Rodríguez aclara: "En ese momento creo que estábamos a unos 500 metros de la costa. Pensé ir a nado, pero no podía dejarlo solo".

Los dos amigos, aunque remase uno de ellos, fueron arrastrados por la corriente con dirección sureste. "Cuando eran sobre las 20.00 horas perdí la esperanza de ser salvados", dijo Pedro. Una hora antes, la novia del joven, María del Carmen Padrón, se extrañó al no saber de ellos ya que se preveía que sobre las seis de la tarde estuviesen en el puerto. Alertó a medianoche a los efectivos de emergencias. La Salvamar Menkalinán y la patrullera salieron a la búsqueda, siendo la segunda la que los encontró sobre las 04.30 de ayer a dos millas de la costa, entre Pasito Blanco y Puerto Rico.