El barrio de Jinámar vivió en la tarde de ayer un estado de sitio. Cerca de medio centenar de policías tomaron las ramblas del citado barrio durante más de cuatro horas después de la detención de un joven, que fue respondida por los vecinos con el lanzamiento de piedras hacia los efectivos policiales que se presentaron en el lugar, resultando, al parecer, dos de los agentes heridos.

Sobre las 19.00 horas de ayer comenzó una espectacular operación que, sin embargo, tuvo su inicio en un control rutinario por parte de los agentes de la Unidad de Prevención y Reacción (UPR) de la comisaría sur de Las Palmas de Gran Canaria en una de las rotondas cercanas a Jinámar. En el mismo, detuvieron un vehículo conducido por un joven, identificado como Aday, que carecía de permiso de conducir. Tras un primer cacheo, registraron el turismo y hallaron 3.000 euros en el interior.

En el mismo momento del registro, el Cuerpo Nacional de Policía recibió otro aviso de que tres individuos se encontraban forzando la puerta de un domicilio de las ramblas de Jinámar, en el municipio de Las Palmas de Gran Canaria. En ese instante, los agentes se percataron de que la vivienda afectada es la residencia del joven detenido en el control rutinario, por lo que acuden hasta el conocido como bloque dos.

Hasta allí se acercan también otras unidades policiales, que a su llegada comenzaron a recibir el impacto de varias piedras tiradas, al parecer, por vecinos de la zona, por lo que de inmediato piden refuerzos, según informaron fuentes policiales.

Al menos cuatro furgones de la Unidad de Intervención Policial (UIP), así como agentes de la Policía Local de Telde y también del GOIA de Las Palmas de Gran Canaria se personaron para asegurar el lugar, en el que se encontraban cerca de un centenar de vecinos que observaban la actuación.

Durante más de cuatro horas permaneció la avenida princi- pal de las ramblas cortada al tráfico. Durante ese tiempo, agen-tes de la Policía Científica también acudieron, así como la autoridad judicial, para proce-der a un registro policial en la vivienda del detenido.

Asimismo, en el interior del domicilio también se introdujo un perro de la Unidad Canina, que durante algo más de media hora permaneció en el inmueble sin que se haya comunicado si halló algún tipo de sustancia prohibida.

El arrestado fue llevado a su casa sobre las 21.00 horas y permaneció en su interior hasta las 23.30 horas de anoche, cuando salió escoltado por numerosos agentes, quienes también extrajeron varias cajas.

El dispositivo policial abandonó cinco minutos después la zona bajo una lluvia de piedras que los vecinos de la zona lanzaron sobre los agentes y los vehículos blindados, y al grito de "chivatos". La policía tuvo que realizar varios disparos con pelotas de goma para acallar y dispersar la protesta vecinal.