El conductor de Guaguas Municipales J. M. M. G., que fue agredido por un menor con una piedra cuando recogía a una pasajera de una parada de la Vega de San José, en la capital grancanaria, destacó ayer que sintió "frustración e impotencia. Los ataques seguirán pasando".

"Los escupitajos, las amenazas y los insultos están a la orden del día. Lo triste es que ya estamos acostumbrados a todo esto. Estamos indefensos y a ver si este caso ayuda a concienciar cómo es nuestra situación, y no esperar a que ocurra algo peor", explicó el afectado, quien quería destacar más la situación del colectivo que la personal.

El chófer J. M. M. G., que está licenciado en Químicas, habla tres idiomas y que le gusta mucho conducir, trabajaba el pasado jueves con una guagua de la línea 12. "El pasado jueves, sobre las 20.00 horas, en una parada de la calle Córdoba recogí a una mujer, que nos dijo, alarmada, que unos chicos estaban tirando piedras", explicó el chófer, el cual vio, ya con la puerta cerrada de la guagua, a un menor de trece años que tiraba una piedra contra la guagua "sin haber mediado una palabra antes. La piedra, de origen volcánico y porosa, tenía el volumen de una mano cerrada con una manzana dentro. Menos mal que el cristal de la puerta, que se rompió, aminoró la velocidad de la piedra, la cual golpeó el codo del brazo izquierdo. En el primer momento me quedé bloqueado mentalmente. Los cristales me hirieron también el pómulo derecho y me produjeron una conjuntivitis en un ojo. Por fortuna, los restos del cristal no me ocasionaron un mal mayor en el ojo", relató.

Poco después pasó otra guagua municipal, que recogió a los pasajeros del vehículo afectado por el incidente, así como una patrulla de la Policía Nacional. El herido denunció al presunto autor del ataque, que estaba acompañado por otros dos menores y que huyeron en bicicletas.

Este tipo de agresiones no son extrañas para los trabajadores, y forman parte de lo cotidiano para los guagüeros, como aseguran varias fuentes consultadas, que critican el riesgo que sufren.

J. M. M. G., con más de 11 años de antigüedad en la empresa, recibió amenazas por parte de varios pasajeros. "Les llamé la atención en un viaje por Zárate porque estaban bebiendo vino de una botella de cartón dentro de la guagua, y poco después, en el viaje, de vuelta, se hacían bocadillos con mejillones de lata", afirmó. En 1997 le tiraron otra piedra en un viaje en la zona de La Ballena. No le alcanzaron.

Otras agresiones

Un conductor fue pateado hace dos años durante las fiestas de carnavales en La Paterna; un individuo le tiró una manzana a un chófer, aunque ésta chocó contra la luna del vehículo. La indefensión aumenta cuando el servicio coincide con la celebración de fiestas y actos multitudinarios en la capital.

Los guagüeros piden que, al menos para esos días, puedan utilizar guaguas con mamparas y cámaras. Guaguas Municipales tiene cinco unidades de este tipo, pero no están operativas.