David S. G. salió a primera hora de la mañana de ayer de la vivienda de sus padres en la localidad galdense de Hoya de Pineda. Cuando el sol ni se había puesto, este hombre de 32 años acudía a trabajar al número 11 de la calle Velarde del barrio de Guanarteme, en la capital grancanaria. Allí, como cada día desde hacía aproximadamente un año, realizaba unas obras de rehabilitación de la cuarta planta de un antiguo edificio. Y allí, donde se ganaba el pan, encontró la muerte.

Sus familiares, poco después de conocer la trágica noticia, acudieron hasta el lugar, en donde se mostraron visiblemente afectados y nerviosos. Una de sus dos hermanas -David era el tercero de cuatro hermanos- preguntaba por él. "¿Dónde está mi hermano? ¿Dónde está, por Dios?", repetía, mientras los efectivos sanitarios que se habían presentado en la citada vía la tenían que atender de una crisis de ansiedad y la trasladaban hasta el Hospital Doctor Negrín.

La familia del fallecido denunciaba que David trabajaba en la obra donde ocurrieron los hechos "sin asegurar". "Le habíamos dicho varias veces que le pidiera a su jefe que le diera de alta en la Seguridad Social", indicaba uno de los familiares.

Además, recordaban cómo David S. G., quien estaba soltero, se desvivía por su ahijada, una niña de dos años a la que cuidaba como si fuera su propia hija y acudía casi diariamente a la casa de una de sus hermanas para estar con ella.

El fallecido, quien siempre residió con sus padres entre la escarpada orografía de Hoya de Pineda, también practicaba deporte, y estaba encuadrado en un equipo de fútbol veterano.

En la zona de Guanarteme era conocido por ir a tomar el café siempre al mismo bar, situado al pie del edificio en donde un techo le segó la vida. La camarera, conmocionada por lo ocurrido a escasos metros del negocio en el que trabaja, apuntaba que era "un hombre muy tranquilo y muy amable".

Allí, fuera del cordón policial que se instaló en las inmediaciones de la fachada azul del número 11 de la calle Velarde, los viandantes preguntaban por lo ocurrido. También se personó en el lugar el concejal de Seguridad del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, Ángel Sabroso, quien siguió de cerca las tareas realizadas por los bomberos, policías y técnicos municipales.