Entre el final de 2007 y principio de 2008 fue cuando los residentes de La Feria del Atlántico vieron por última vez a Alberto Velázquez Santana, quien residía en un pequeño local en el bajo del número 3 de la avenida Guillermo Santana Rivero. A ese inmueble nadie se atrevió a entrar durante los últimos años a pesar de que su inquilino estaba desaparecido. Su ausencia fue tal que la comunidad de propietarios incluso lo denunció por no pagar la cuota mensual.

De la última vez que le vieron con vida recuerdan que fue cuando deambulaba por el barrio, pero nada más. Su ausencia y la falta de pagos a la comunidad hicieron que los vecinos le denunciaran por esto último, pero ni con esas nadie se planteó llamar a la policía para que buscara en esas cuatro paredes pintadas de blanco.

De Alberto Velázquez, los vecinos señalaron que llevaba poco tiempo viviendo en La Feria del Atlántico antes de su desaparición. Además, lo calificaban como una persona "rara", que en contadas ocasiones se le veía hablando con el resto del vecindario.

Ayer, y para evitar más problemas, la comunidad de propietarios decidió tapiar la entrada al inmueble a la espera de conocer qué hacer con ese pequeño espacio que ha cobijado durante más de tres años a un cadáver.