Luis, Luisito, Luigi... El de la playa. Decías que eras un tiburón... el tiburón de la playa... Más bien eras la persona más dulce, más cariñosa y entrañable que hemos tenido la suerte de conocer, y por eso has quedado tan grabado en nuestro recuerdo y en nuestro corazón.

Llevabas viniendo a Lanzarote más de 20 años. Siempre soñaste con venir a vivir aquí y hace poco habías hecho realidad ese sueño y fue cuando yo te conocí. Y así me enseñaste tu playa de Las Cucharas, me presentaste a algunos de tus amigos, aunque sé que tenías muchísimos más, gracias a tu buen carácter.

Todos los que se cruzaron por tu camino, te querían, te siguen queriendo, te recuerdan y jamás te olvidarán

Eras, quiero decir, eres la alegría personificada, pero también ternura, amabilidad, generosidad, disponibilidad. Me has enseñado tantas cosas en tan poco tiempo -y sigues dándome lecciones aunque ya no te pueda ver-. Es cierto que te sigo teniendo presente, percibo tu alegría, me pides que no sea triste, que recobre la alegría y siga batiendo récords..

Lanzarote era y será para siempre tu paraíso. En nuestra isla sigues vivo, en todos los lugares donde deseabas estar, en la playa de Famara, en la terraza del Risco, en la pastelería de tu amigo Damien, en Papagayo, en el Palo del Charco, en Playa Bastián. Resulta muy duro, muy difícil seguir adelante sin verte, sin escucharte.

Nosotros seguimos hablándote pero no escuchamos tu respuesta, tu voz. Como no, echamos de menos tu risa, tu sonrisa, tu sentido del humor y recordamos incansablemente lo que nos has contado.

Nunca olvidaré que cuando alguien te daba un palo, en vez de enfadarte, sentías pena al ver cómo se portaban... y te ponías triste, muy triste...

A quienes realizaban trabajos de menor calidad que los tuyos, les ofrecías ayuda para enseñarles lo que tú sabías.

Luis Gobantes, tú tenías miles de proyectos pendientes. Nada más conocerte, te implicaste a fondo con TRiWWW, nuestra asociación benéfica, siempre presente, con tu alegría infinita y tu sentido del humor, porque contigo todo era genial o fenomenal. Cuánta razón tenías, cuánto tenemos que aprender de ti, yo la primera.

Gracias por todo y, sobre todo, por ser un ejemplo, gracias por enamorarte de Lanzarote, por enseñarnos cómo cuidarla, cómo mejorarla, cómo quererla. Hasta siempre amigo. i Isa Janssens