Los motoristas constituyen el 75 por ciento de los lesionados medulares por accidentes de tráfico atendidos en lo que va de año en la unidad de referencia en Canarias, situada en el complejo hospitalario Insular-Materno Infantil de Gran Canaria.

Según subrayó ayer a Efe el responsable de esta unidad, José Luis Méndez, en los últimos cuatro años las caídas, fundamentalmente de personas mayores, han sido la causa fundamental de las lesiones medulares atendidas en esta unidad, una tendencia que "se ha roto" este año al "repuntar" el número de lesionados medulares por accidentes de tráfico, la mayoría protagonizados por motocicletas.

Tal es así, que siete de cada diez accidentados de tráfico con lesión medular han sido motoristas jóvenes. Este es el caso de Moisés Santana, quien, tras hacer un "adelantamiento temerario" en la carretera de Temisas (Agüimes), el 17 de enero de 2010, cuando contaba con 26 años, sufrió una lesión medular "completa" tras salirse de la vía e impactar contra una señal de tráfico. La colisión sólo causó contusiones a su novia, que viajaba con él en la moto, señaló.

Santana contó ayer a Efe que esta lesión le obligó a permanecer cuatro meses ingresado en el hospital, al que ahora sólo acude "de forma ambulatoria", y que en todo este tiempo ha aprendido a rehacer su vida en la silla de ruedas en la que permanece hace casi dos años.

Eso significa no sólo manejarla, sino vestirse, asearse y mantener el equilibrio sentado, algo que ha logrado gracias al trabajo que han desarrollado con él los fisioterapeutas, enfermeros y auxiliares clínicos, a los que agradece el "apoyo psicológico, el ánimo y el cariño" que le han dado, porque ha sido "algo muy válido para poder salir adelante".

Aunque sabe que es "casi imposible" que pueda volver a andar después del "error" que cometió en la carretera, algo que sólo ve viable "si sale algún medicamento nuevo que pueda regenerar la médula", este funcionario con invalidez permanente siente que, frente a lo que pensó en un principio, su vida no se ha visto "truncada" del todo.

Y es que, aunque no pueda sentir "ni frío, ni calor ni dolor porque la información de los nervios no llega al cerebro", sus progresos musculares y articulares le permiten continuar con su relación de pareja, "que maduró de golpe" por el accidente, hacer deporte, viajar, conducir, ir a la playa y salir a divertirse a lugares, eso sí, que sean accesibles, aunque para ello necesite alguna ayuda.

Moisés Santana, que afronta con ilusión su día a día y que se siente afortunado por "haber salido adelante", reconoce, sin embargo, que "despistes o un error que cometes en unos segundos en la carretera puedes pagarlos bastante caro el resto de tu vida"

De su estancia en la unidad, donde asegura que "se ve bastante bien la realidad del día a día de la carretera", afirma tener recuerdos agradables porque su personal -54 profesionales- han sido "como una familia" que le ha ayudado a afrontar el "gran cambio" que ha dado su vida.

La Unidad ha registrado en lo que va de año 58 nuevos ingresos, el 45 por ciento de ellos de heridos en accidentes de tráfico, mayoritariamente en motos.