No se puede permitir que un perro muerda a un niño en plena calle. Mi hija está viva de milagro". Lucy G. T. hablaba ayer en el Materno - Infantil mientras observaba a su hija, Lorena, de nueve años, ingresada a raíz de las heridas causadas por el ataque de un perro el pasado sábado en Tamaraceite. La niña iba montada en la bicicleta junto a una amiga cuando el animal, que se encontraba atado en una reja de un edificio, se abalanzó sobre ella y la mordió en la cara.

Afortunadamente los médicos consiguieron reconstruir a la pequeña la mejilla derecha, pero el resultado podría haber sido mucho peor. "Claro que vamos a denunciarlo. No sólo por nosotros, sino para que esto no vuelva sucederle a nadie. Un perro no puede atacar a un ni-ño así sin más", afirmaba Lu- cy, que tiene otros dos hijos de 11 y 4 años.

La pequeña Lorena todavía estaba asustada por lo impactante del suceso, pero si todo sale bien, en unas 24 horas le darán el alta. El dueño del perro fue el que trasladó a la niña al centro de salud de Tamaraceite después de fuera atacada por su mascota, al parecer de raza golden retriever.

Dada la gravedad de las heridas sufridas en el rostro, la niña fue enviada rápidamente al Materno - Infantil, donde fue operada por los cirujanos el sábado por la noche. Por suerte la piel no se le había desprendido y pudieron salvársela. El dueño del perro, también del barrio de Tamaraceite, acudió ayer a ver cómo se encontraba la pequeña.

"Sigue muy asustada porque ha sido muy fuerte para ella todo lo que ha pasado. Gracias a Dios, lo que le va a quedar es sólo una cicatriz que se irá borrando, espero, con el paso del tiempo. No quiero ni pensar en qué podría haber pasado", comentó la madre, que no había pegado ojo en toda la noche.

El barrio de Tamaraceite está consternado por todo lo sucedido. Varios vecinos fueron testigos de lo sucedido el pasado sábado por la tarde. Según algunos testigos, la niña ni siquiera llegó a acercarse al perro, sino que éste se abalanzó sobre ella rápidamente sin que nadie pudiera hacer nada por evitarlo.

Lorena regresaba a esa hora de la tarde a su casa junto a una amiga y se topó con el can que, según la vecindad, nunca había protagonizado un incidente semejante. "Es horrible lo que ha pasado en este barrio. Una niñita tan llena de vida como es Lorena que es un encanto. Pobrecita", comentó Clara, vecina de la familia, al enterarse de la triste noticia.

La pareja sentimental de la madre, Juan María Trujillo, esperaba en su domicilio las no- ticias sobre el estado de salud de la pequeña. "Parece que el perro la mordió dos veces", decía visiblemente afligido por lo sucedido. Los hermanos de Lorena, Mahjoub, de cuatro años, y Erik, de 11, también estaban muy preocupados por ella. "No es justo lo que le ha pasado a mi hermana", señaló indig- nado el mayor.

Casos similares

Lamentablemente no es la primera vez que pasa algo parecido en la Isla. Un suceso similar tuvo lugar en octubre cuando un can mordió en la cara a una menor en el domicilio de unos familiares en Lomo Blanco. El perro también estaba encadenado, pero eso no impidió que atacara a la niña, de 13 años. La menor presentaba heridas en el labio y en la nariz.

Además, en agosto del año pasado una perra de raza pitbull devoró el rostro de su dueña que poco antes había fallecido como consecuencia de un fallo cardiaco en el interior de su domicilio del barrio del Lomo de Arucas. El can pudo haberla atacado tanto por hambre como para reanimar a la víctima, según las primeras hipótesis que se barajaron. El hallazgo tuvo lugar cuando los vecinos escucharon a la perra aullar con bastante insistencia.