El cadáver carbonizado que apareció el pasado domingo en un barranco de Añaza (Tenerife) corresponde a un varón de unos 50 años y la causa de la muerte podría ser un suicidio, según informó ayer el comisario provincial de Policía en Santa Cruz de Tenerife, Manuel Ceballos.

En un encuentro con la prensa, Ceballos explicó que tanto la investigación policial como las pruebas forenses apuntan a un suicidio como la causa de la muerte, a pesar de la apariencia en la se halló el cuerpo, con varias extremidades cortadas, así como con alambres en el cuello y las manos.

Según la Policía, uno de los elementos que desde el principio hizo pensar a los investigadores que esta persona -un vecino de la isla de Tenerife- se quitó la vida reside en que la familia había denunciado su desaparición días atrás.

El comisario provincial ha precisado que, aunque el cuerpo tenía alambres en el cuello, esa circunstancia no ha sido un "elemento definitorio" para la investigación, en la que se trabajó desde el primer momento sin descartar ninguna hipótesis.

El cadáver fue localizado el domingo pasado por la mañana por un vecino mientras paseaba con su perro por la trasera del Instituto de Añaza, quien dio aviso a la Policía Local.

En un principio se pensó que el cadáver pertenecía a una mula que transportaba droga en el interior de su organismo y que falleció por ello. Asimismo, varios vecinos aseguraron que días atrás habían visto a varios jóvenes en la zona, y describieron que estaban realizando un asadero o quemando jareas. Sin embargo, finalmente se ha confirmado que la principal hipótesis es la del suicidio.