Una niña de cinco años murió el miércoles por la tarde en Tarragona al precipitarse desde un sexto piso de un edificio del barrio de Sant Salvador, según confirmaron ayer a Efe los Mossos d'Esquadra, que además agregaron que todo apunta a un accidente.

Según publica el rotativo Diari de Tarragona, la pequeña, hija de padres nigerianos, cayó desde la ventana de su casa, situada en el sexto piso del número 131 de la avenida de Els Pallaresos.

Según algunos vecinos, la niña, que se encontraba en el inmueble junto a su padre que se hallaba en otra habitación, se había asomado para ver cómo jugaban otros chavales en la calle. En ese momento, se precipitó. Durante la caída se topó, según otros vecinos, con un tendedero del tercer piso, aunque no fue suficiente para frenar la caída de la menor que finalmente sufrió un fuerte impacto contra el suelo.

Tras el accidente, se congregó un grupo de vecinos y uno de ellos tomó a la niña en brazos, de nuevo según fuentes vecinales ya que los Mossos no pudieron confirmar este extremo, y la llevó al centro de salud del barrio aún con vida. De allí fue trasladada, dado su gravísimo estado, al Hospital Joan XXIII, donde habría fallecido, según informó Diari de Tarragona.

Esta es la tercera muerte de un menor de edad durante esta semana en un accidente. El primero de ellos tuvo lugar el pasado lunes, cuando un niño de tres años perdía la vida al quedar atrapada su cabeza entre los barrotes de una valla que delimita el perímetro del patio de la guardería en la que se encontraba.

El propio personal fue el que descubrió al pequeño ya inconsciente y lo liberó. Los sanitarios que acudieron al lugar iniciaron las maniobras de reanimación y lo trasladaron en una ambulancia medicalizada al Complejo Hospitalario de Navarra, en Pamplona, donde quedó ingresado en estado muy grave. Esas lesiones fueron las que al día siguiente le provocaron la consiguiente muerte.

También en la jornada del pasado miércoles, un bebé de 18 años de edad falleció en una guardería del barrio barcelonés de Castelldefels al supuestamente atragantarse mientras comía. De nada sirvieron los masajes de reanimación cardiopulmonar.