Varios encapuchados robaron en la madrugada de ayer en dos gasolineras de la misma compañía que se encuentran en la carretera GC-2, justo en la linde de los municipios de Arucas y Moya. Los ladrones se llevaron de ambos lugares en torno a 30.000 euros que estaban en el interior. Estos dos asaltos ocurridos ayer se suman a la serie de hurtos e intentos de robos que desde hace dos meses se están produciendo en comercios y viviendas de la zona.

Los empleados de los concesionarios descubrieron en torno a las 05.00 horas de ayer que habían ocurridos los robos en las dos gasolineras. La Policía Judicial de la Guardia Civil de Santa María de Guía inició poco después la investigación para esclarecer lo sucedido y detener a los autores del robo.

Respecto al modus operandi de los asaltantes, cuyo número se desconoce, fueron primero supuestamente a la gasolinera grande, en dirección norte, pasado San Andrés, en Arucas, y en la entrada de Moya.

Diversas fuentes indicaron que se sospecha que los ladrones conocían "muy bien" los establecimientos porque viraron las cámaras de seguridad que cuentan y por el butrón hecho por la parte atrás de la gasolinera grande, y por donde entraron.

Después del primer asalto, los encapuchados acudieron a la otra gasolinera, que está enfrente, en la misma carretera GC-2, en dirección a la capital grancanaria y que es más pequeña de superficie respecto a la otra. Esta vez, los ladrones hicieron lo mismo con las cámaras y supuestamente entraron por el techo del establecimiento.

Los robos en las dos gasolineras obligó que ambas estuvieran cerradas hasta pasadas las once de la mañana de ayer, hecho que provocó sorpresa y contratiempo para los numerosos conductores que pretendían ser atendidos en los surtidores.

Malestar

El malestar y la indignación eran evidentes entre los trabajadores de las dos gasolineras. Pedro, el responsable de ambas, no estaba de ánimo para hacer alguna manifestación sobre lo sucedido, "y más con la investigación abierta". El enfado y la preocupación también se notaban en vecinos y empleados de otros establecimientos. Cataisa, del restaurante de comida rápida Pepe Chiringo, que está junto a una de las estaciones de servicio, manifestó que "han robado en comercios y casas de esta zona de San Andrés y El Altillo. Están siendo más frecuentes".

El vecino Manuel Mateos señaló que otro robo sonado "ha sido el que ocurrió en un bar de copas de gente joven, justo al borde de la carretera y la parroquia". José Rosales afirmó que "varios intentos de hurtos hubo al mediodía en casas privadas en El Altillo en los que los delincuentes fueron cogidos in fraganti".