Dos años y medio de investigación para desarticular a dos importantes mafias internacionales que tenían a Canarias entre sus principales mercados de la droga. Ese es el saldo de las operaciones Trébol y Nando, con las que el Cuerpo Nacional de Policía se ha incautado de 440 kilos de cocaína y nueve de heroína, además de arrestar a 69 personas en colaboración con las autoridades de Italia, Bélgica y EE UU. Un alijo que hubiera reportado a estas organizaciones un beneficio de 72 millones de euros, según los cálculos realizados por el jefe de la Policía Judicial en la provincia de Las Palmas, José Camejo, que presentó ayer los datos de ambas operaciones junto al máximo responsable de la Policía Nacional en las Islas, Valentín Solano, y la comisaria provincial, Sagrario de León.

La primera de las intervenciones, Nando, comenzó en junio de 2010 y culminó en abril de 2012, con el hallazgo de 400 kilos de cocaína que estaban enterrados en una cala de La Graciosa. "Se trata de la mayor cantidad de coca intervenida en tierra en los últimos años", destacó el jefe superior de Policía. Ese golpe fue la última de cinco fases en las que se detu-vo a 15 colombianos y siete es- pañoles en Madrid, Tenerife y Gran Canaria.

Todos los arrestados de esta trama están en prisión provisional por orden del Juzgado de Instrucción número 7 de la capital grancanaria. Los agentes del Grupo II de la Udyco fueron aprendiendo pequeñas cantidades de droga a medida que avanzaban las pesquisas y proliferaban las intervenciones telefónicas, hasta que finalmente asestaron el gran golpe de La Graciosa. Así, en diciembre de 2010, se detuvo en el norte de Italia a un capo colombiano de "nivel medio". Llevaba 540.000 euros en efectivo y su captura fue vital para que las conexiones canarias de la banda asumieran más riesgos al cerrar los envíos, entre ellos un tal Milton con residencia en Tenerife.

Luego, en el aeropuerto tinerfeño de Los Rodeos, cayeron otras cinco personas que trataban de introducir coca procedente de Venezuela mediante la facturación de una segunda maleta a un pasajero desconocido (doble printer). La información obtenida en esa primera fase propició más arrestos en octubre de 2011, enero de 2012 y abril de ese año. En concreto se hallaron 534 gramos de cocaína en una caja fuerte de Madrid, 600 gramos en dos "correos humanos" que iban a viajar a Canarias y otro medio kilo oculto en envases de suplementos energéticos para deportistas. Este último cargamento, al igual que el interceptado en La Graciosa, llegó al Archipiélago por vía marítima.

La segunda operación, Trébol, arrancó en noviembre de 2010, gracias a una pista obtenida en una investigación por intento de homicidio en la que se enfrentaron dos clanes nigerianos por el control del mercado de la heroína en la capital grancanaria. Los agentes del Grupo III de la Udyco de Las Palmas interceptaron menos cantidad de estupefacientes, nueve kilos de heroína y diez de cocaína, pero lograron desarticular a toda la organización, desde el cabecilla guineano que presuntamente distribuía la mercancía en Bélgica a países como Italia o Suiza, hasta el último vendedor que almacenaba el caballo en los barrios capitalinos de Schamann, Guanarteme, Arenales y Ciudad Jardín. También se desmanteló en Barranquillo don Zoilo un pequeño laboratorio para adulterar la heroína. La policía arrestó a 47 personas, de las que 43 están en prisión preventiva.

La operación se articuló en tres operativos independientes (Sain, Taino y Susu) que se fueron relacionando tras la identificación de los grupos de traficantes. Se trata de una trama integrada por nigerianos, otra por dominicanos y una tercera compuesta principalmente por ciudadanos de Guinea Conakry y Nigeria. Los clanes establecieron una especie de "coalición" para diversificar el negocio y controlar el mercado de la droga mediante el intercambio de cocaína y heroína.

El supuesto cabecilla, Legró, fue detenido en Bruselas con otras siete personas. Canarias era uno de los puntos predilectos para distribuir la droga, que era enviada en vuelos baratos de aeropuertos secundarios mediante correos humanos de varias nacionalidades.