Tunte ayer era un pueblo fantasma. Los poco más de 600 habitantes estaban de luto por la muerte del empresario José Santana López, quien la tarde del pasado sábado acudió a arar sus tierras en Hoya Grande, pero un accidente con el monocultor que manejaba le seccionó las piernas, lo que le provocó la muerte. Propietario de la gasolinera del pueblo, así como de una pequeña tienda, fue uno de los principales impulsores de la economía en este pequeño pueblo del sur de Gran Canaria.

A sus 73 años, José Santana sólo sabía vivir trabajando, como había hecho siempre. "Recuerdo que la semana pasada le dije: 'Pepe, por qué no cierras ya la gasolinera y te coges vacaciones'. Él me respondió que esa era su vida, y que él estaba acostumbrado a ello", comentaba ayer una familiar que prefiere mantener el anonimato.

De hecho, su vida laboral comenzó desde muy pequeño, cuando se encargó de llevar un quiosco que había montado el Ayuntamiento de San Bartolomé de Tirajana en la plaza del pueblo. Otra de sus profesiones cuando menor fue la recolección de tomates. En aquella época, José Santana salía de Tunte a las cinco de la mañana para llegar a las siete y media a Aldea Blanca de lunes a sábado, según recordó el propio Santana a la Fedac, que recoge en su web parte de su biografía. En 1960 adquirió un solar donde posteriormente se ubicaron la tienda-bar en la planta baja y la pensión en la alta. Ocho años después intentó crear una sociedad para baile, pero necesitaba la aprobación del alcalde, el cura y la Guardia Civil, quienes le denegaron el permiso. Por ello, se le ocurrió montar un hostal. Ese mismo año, en 1968, José Macías le traspasó el servicio de la gasolinera, que mantenía hasta la actualidad.

Este negocio tiene tras de sí numerosas anécdotas, en la que siempre estaba involucrado José Santana. "Tú podías ir a cualquier hora que le tocabas en la puerta, te abría y te echaba gasolina", recordaba ayer la familiar, que agregaba que en el seno de la gran familia que forman los Santana López -está compuesta por 14 hermanos-, el 2012 está siendo un triste año debido a que son varios los familiares que se han muerto.

Junto con la gasolinera, otra de sus pasiones era la tienda que regentaba con su mujer. "Se levantaba temprano, abría la tienda y después se iba a coger frutas a su huerta, traía higos, tunos, papas... lo que hubiera", indicaba.

Además de ser padre de tres hijos, era abuelo de cuatro nietos. El trato que tuvo con ellos siempre fue excepcional, según recalcaba esta misma persona. "Era un muy buen padre y también muy buen vecino".

Otro de los que conocían al fallecido es el alcalde de San Bartolomé de Tirajana, Marco Aurelio Pérez, quien apuntaba que José Santana "era la típica persona de pueblo, un trabajador incansable y que además fue una de las pocas personas que tuvo iniciativas en la zona alta del municipio" gracias a su afán por abrir nuevos negocios.

Por su parte, la vecina de Tunte Constanza Araña declaraba que era "un señor bueno, nacido y criado en Tunte, y que estaba siempre alrededor de sus negocios e incluso en una época llegó a ser zapatero". Araña alegaba que ayer "todo el pueblo habla de lo ocurrido porque ha sido una desgracia".

El cuerpo aún se encuentra en el Instituto de Medicina Legal de Las Palmas de Gran Canaria a la espera de la autopsia que probablemente se le realizará durante la jornada de hoy.