La muerte a puñaladas de Gustavo Adolfo Gallón González, un colombiano nacido en el año 1983 y padre de tres hijos, tiñó ayer de sangre el barrio capitalino de Altavista. Los hechos ocurrieron alrededor de las ocho y media de la mañana cuando tras originarse una pelea entre el agresor y la víctima en un bar situado en la margen izquierda de la calle León y Castillo, junto a la gasolinera Shell, el dominicano M.A.G.C., de 29 años, supuestamente, apuñaló con un cuchillo de cocina en el tórax a Gustavo Adolfo hasta causarle la muerte prácticamente en el acto. La zona donde se produjo el suceso es próxima a Las Rapaduras.

Cuando los sanitarios del Servicio de Urgencias Canario 112 que se desplazaron hasta el lugar de los hechos en un ambulancia medicalizada, llegaron hasta el bar cafetería Parque de Limpieza del surtidor Shell, en la margen derecha de la vía León y Castillo, en dirección a Tahíche, hasta donde corrió el fallecido para pedir ayuda e intentar ponerse a salvo, no pudieron hacer nada para impedir su fallecimiento porque había entrado en parada cardiorrespiratoria. Los sanitarios le realizaron maniobras de reanimación cardiopulmonar avanzada durante más de media hora, sin conseguir reanimarlo. Era padre de tres hijos y su pareja está embarazada.

Aproximadamente, dos horas después de los hechos, la Policía Nacional conseguía detener tras su huida al presunto asesino, a la altura de la calle José Antonio de Arrecife, en cuyas inmediaciones residía. Según fuentes de la investigación, M.A.G.C. tiene antecedentes penales y se le conoce con el apodo de el Blondi, aunque diversas personas que lo suelen ver a menudo por Altavista manifestaron que su apodo es el Diablo. Está detenido en la comisaría de Arrecife y pasará a disposición judicial en las próximas horas.

Juan Luis es el nombre ficticio de un testigo directo de los hechos (por miedo a represalias prefiere guardar su identidad), trabajador de unos de los negocios situados en el surtidor Shell, donde tuvo lugar la muerte de Gustavo Adolfo.

Relató que "sobre las 8.15 horas de la mañana" escuchó "bulla" en el bar La Barca, situado enfrente de donde se produjo el fatal desenlace, regentado por dominicanos. Oyó que Gustavo Adolfo decía: "¡Ayúdenme, Ayúdenme!' y el otro chico le siguió con el cuchillo y ambos cruzaron la calle". El dueño del local Cafetería Parque de Limpieza, al percatarse del pleito, según la versión de Juan Luis, "decidió cerrar la puerta, pero no alcanzó a trancar la ventana y Gustavo Adolfo saltó por la ventana y no pudo hacerlo en el primer intento, por lo que se giró para saltar y en ese momento, el agresor lo abordó y le clavó el cuchillo en el pecho. Como si no hubiera pasado nada cruzó la carretera con el cuchillo en la mano y se fue para el bar La Barca, que regenta su madre".

"Sangre a chorros por la boca"

Inmediatamente, Gustavo Adolfo se desplomó y "empezó a echar sangre por la boca a chorros y a convulsionar en el suelo. Lo vi bañado en sangre. Se puso la mano en la herida y duró segundos de pie, y acto seguido cayó boca arriba", indicó Juan Luis. Asimismo, aseveró que pensó en trasladar en su coche hasta el hospital a Gustavo Adolfo, "en vista de que la ambulancia tardaba en llegar, pero cuando vi que sangraba por la boca me di cuenta de que estaba muerto y había dado su último aire".

El supuesto culpable es bastante conocido por "su comportamiento agresivo. Es una persona muy problemática y destaca por lo follonero que es", coincidieron en afirmar Juan Luis y Arbey Jospinal, quien regenta el Bazar Cafetería Hosma, próximo a La Barca. De hecho, Arbey señaló que "alrededor de las siete y media de la mañana él estuvo aquí [M.A.G.C.] con ganas de pleito y lo tuvimos que sacar del negocio".

Los ciudadanos dominicanos que se encontraban en la mañana del sábado en los bares y alrededores de Las Rapaduras no quisieron realizar ningún tipo de declaración sobre lo sucedido. Lo mismo que otras personas de origen latino. "No sabemos qué pasó", era la frase más repetida.

El de ayer es el tercer apuñalamiento que se produce en la Isla en menos de un mes, aunque el único mortal.