Con el rabo entre las piernas y con los ojos enloquecidos por el terror. Así salieron ayer a la calle los 39 animales que varios agentes de la Policía Local de Las Palmas de Gran Canaria rescataron de una azotea del barrio de Guanarteme, donde vivían hacinados bajo los cuidados de Domingo F. A., un vecino de 50 años que ha sido denunciado en varias ocasiones por sus vecinos por las condiciones de insalubridad en las que vivía junto con sus animales.

El olor a podredumbre que salía del portal número 17 de la calle Diderot era ayer insoportable. Un vaho formado por los efluvios de las deposiciones de los animales y de objetos en estado de descomposición escapaba por la puerta de este inmueble familiar del que periódicamente salían agentes con diferentes animales.

Los miembros de la policía local rescataron en total 20 perros y 19 gatos cumpliendo una resolución de la Alcaldía por la que se le intervenían los animales a Domingo. Este vecino había "incumplido repetidas veces la ordenanza municipal de tenencia de animales además de tenerlos en condiciones sociosanitarias deficientes", aseguraron fuentes policiales.

Los vecinos de los inmuebles colindantes respiraban aliviados. No era la primera vez que le quitaban los animales a Domingo. "El año pasado ocurrió lo mismo", afirmó una residente. "La policía cortó la calle, vinieron Sanidad y la juez y se los llevaron", agregó.

La situación que viven es insoportable. "No solo por los ladridos de tantos perros por las noches... usted no sabe cómo es el olor", se quejaba esta misma vecina.

Domingo mantenía a sus 20 perros y 19 gatos en el último piso de este inmueble de Guanarteme. Allí tenían "unos 24 metros cuadrados para moverse", comentó una de las personas que se introdujo en el domicilio.

"No solo los animales están en malas condiciones porque no tienen qué comer, sino que toda la azotea está llena de cagadas y meadas", destacó.

Su hermano, un denunciante

De hecho, una de las personas que han denunciado a Domingo repetidas veces es su propio hermano, que vive en el piso inferior al de él y que ayer manifestaba a los agentes las malas condiciones en las que vivían: "No baña a los perros, no les da de comer, los maltrata y están llenos de enfermedades".

La situación sanitaria en la que se encuentra la casa también preocupa a las autoridades, que advirtieron que hoy visitarían el inmueble varios asistentes sociales para evaluar su estado.

Los vecinos, sin embargo, se muestran bastante desesperanzados porque saben que Domingo rescata a los animales de la calle y, en lugar de llevarlos al albergue, lugar al que llevaron a todos los que requisaron, se los queda. "Esperemos que no vuelva a coger más porque así no se puede vivir", concluyó una residente.