Las dos toneladas de cocaína intervenidas en el barco Pacífico a unas 1.500 millas del Archipiélago canario y a 700 millas de Cabo Verde en la operación Peñajara el 15 de marzo hubiesen alcanzado un valor en el mercado negro de unos 70 millones de euros, dependiendo de la pureza de la droga, según fuentes consultadas por este periódico. Esta cantidad hubiera aumentado con la venta al menudeo. El pesquero atracó ayer en el muelle del Arsenal Militar de Las Palmas de Gran Canaria con los cinco tripulantes de esta red internacional, que pasaron a disposición judicial, y un perro, procediéndose a la descarga de los fardos.

Los agentes intervinieron también en el pesquero Pacífico, que había zarpado desde la desembocadura del río Orinoco, en Venezuela, y que no contaba con bandera en el momento del abordaje, unos 200.000 dólares (154.000 euros) que estaban en una mochila. Las mismas fuentes indicaron que es la primera vez que se logra también retener una importante cantidad de dinero, que iban a repartirse los cinco componentes de la tripulación, cuatro hombres de nacionalidad brasileña y un coreano. A parecer, el capitán se iba a llevar 100.000 dólares (menos de 77.000 euros), siendo dividida la cantidad restante entre los otros cuatro marinos.

El buque hacía las funciones de nodriza. Es decir, la droga que llevaba a bordo se descarga en uno o varios barcos en medio del océano Atlántico, para que estos lo acercara a tierra, muy probablemente a Galicia.

El perro que también estaba a bordo pasó a la custodia de la Policía Nacional, a la espera de la decisión del juez, que probablemente sea entregarlo al albergue.

El director general de la Policía, Ignacio Cosidó, así como el subdelegado del Gobierno en Canarias, Luis Molina, y otras autoridades y miembros de la Jefatura Superior de Policía de Canarias, de distintas unidades del Cuerpo Nacional de Policía, de la Armada española y del Ejército del Aire, estuvieron presentes en la base naval durante la descarga de los fardos de droga y la presentación a los medios de comunicación.

Miembros del Grupo Especial de Operaciones (GEO) de la Policía Nacional asaltaron el barco, en una operación desarrollada de forma conjunta con la Policía Judiciaria de Portugal y el Soca británico.

En este abordaje participó el buque de la Armada española Tornado, así como una unidad del Servicio de Búsqueda y Rescate (SAR) del Ejército del Aire, ya que tuvo que trasladar a un hospital de Gran Canaria a uno de los GEO que resultó herido leve en un hombro, por una luxación durante la intervención.

Esta operación Peñajara fue realizada también por agentes del Grupo de Respuesta Especializada contra el Crimen Organizado (Greco), de Galicia, y de la sección IV de la brigada central de estupefacientes, adscritos a la Unidad de Drogas y Crimen Organizado (Udyco) de la comisaría general de la policía judicial.

Los agentes lusos fueron los que detuvieron horas después del apresamiento del barco a cuatro personas en Oporto, las cuales se encargaban de la recepción de los estupefacientes, así como destinar parte de la droga para el consumo local y otra para distribuirla por Europa. Se baraja que ellos eran los que habían organizado el envío de la droga desde Venezuela.

Uno de los cuatro detenidos en Oporto es un importante narcotráfico venezolano, con antecedentes policiales en Italia, y que antes no pudo ser arrestado en España. Al parecer había sido detenido en Italia en 1993, como que también se le investigó en 2011 por su posible relación con la intervención de cocaína en un velero en el Caribe.

La investigación que dio fruto a la operación Peñajara, ordenada por el juzgado central de Instrucción número 2 de la Audiencia Nacional, se inició en Portugal, donde especialistas en la lucha contra el narcotráfico de España, de Portugal y del Reino Unido averiguaron que varios traficantes estaban en Oporto. Luego, se supo en febrero de 2013 que miembros de esta organización ultimaron la operación en Venezuela.