La investigación por el crimen de Jordi Burón Porcar, cuyo cadáver fue hallado en el interior de un chalé de Arinaga el pasado 13 de julio, continúa abierta. A pesar de que su novia, Arantxa A. M., natural de Vigo, de 24 años y a la que había conocido hacía pocos meses a través de Internet, reconoció que lo mató a puñaladas, la Guardia Civil aún no ha cerrado las diligencias sobre este caso que continúa, más de un mes después de que ocurrieran los hechos, bajo secreto de sumario por orden de la titular del juzgado de instrucción número 2 de Telde, Virginia Peña.

La relación de Burón Porcar, natural de Barcelona pero residente desde hace años en el sur de Gran Canaria donde estaba empadronado, siempre estuvo en entredicho por parte de familiares y amigos del fallecido, que era 19 años mayor que la homicida confesa. Según fuentes consultadas, ambos habían iniciado una relación hacía pocos meses en Barcelona después de conocerse a través de la red. Fue el pasado abril cuando decidieron poner tierra de por medio de sus allegados y seguir el noviazgo en Gran Canaria, adonde también habían trasladado todas sus pertenencias, entre ellas dos coches y dos motos.

El fallecido, que tenía la patente de un producto que reducía considerablemente el consumo de combustible en vehículos y cuya fabricación había cedido a una empresa a nivel mundial, había alquilado junto a Arantxa A. M. un chalé a un médico en Arinaga por el que pagaban unos 800 euros.

Jordi Burón recibía mensualmente dinero por su invento que le permitía vivir cómodamente, pero durante los últimos meses había acudido a sus familiares debido a que tenía dificultades económicas, según las mismas fuentes.

En ese inmueble residieron hasta que finalmente, el 13 de julio, la Guardia Civil tuvo conocimiento del crimen que se había producido en su interior hacía días, concretamente el pasado 20 de junio, según las mismas fuentes, aunque otras fuentes apuntan a que el homicidio se produjo unos diez días antes de su hallazgo. Sea una fecha u otra, Arantxa A. M. había convivido más de una semana con el cadáver de su pareja sentimental, el cual fue escondido en el garaje.

Durante las investigación llevada a cabo por la Policía Judicial de la Comandancia de Las Palmas, que sigue bajo secreto de sumario, se llegó a la conclusión de que Arantxa A. M., quien tras declarar ante la juez fue enviada a prisión, recibió la ayuda de otra persona para intentar deshacerse del cadáver. Por ello, una joven de 23 años fue arrestada y puesta en libertad poco después de los hechos por supuestamente encubrir el crimen de Jordi Burón al no comunicarlo a las fuerzas de seguridad a pesar de que sabía lo que había ocurrido.