El hallazgo del cuerpo sin vida de la senderista suiza Klara Bont el pasado 22 de septiembre en la zona de Caideros de Las Huesas, en el municipio de la Aldea, ha puesto fin a 14 meses de búsqueda de la turista, desaparecida en julio de 2012 en la reserva natural de Inagua. Dos cazadores de la zona localizaron los restos orgánicos de la excursionista, al encontrar los perros una de las botas de la fallecida. Aunque aún no se han esclarecido las causas exactas de la muerte, existen indicios que apuntan que Klara murió deshidratada mientras esperaba su rescate.

Camiseta amarilla, chaqueta celeste y pantalones cortos de color gris. Esa es la vestimenta con la que Klara salió de excursión, en compañía de su hija Claudia, el pasado verano a los pinares de Inagua, tal y como rezaba en la notificación de desaparición de la turista desde hace más de un año. Precisamente esta descripción de la ropa fue la que ayudó a los aldeanos José Ramón Tobar y Carmelo Suárez a identificar el cadáver, mientras disfrutaban de un día de cacería.

Según publica el rotativo suizo Blick, Klara Bont salió de excursión con su hija a los pinares de la reserva natural de Inagua un día caluroso de julio de 2012 y tras dos horas de caminata se torció el tobillo. Claudia fue en busca de ayuda, pero cuando regresó al lugar donde había dejado a su madre se encontró con un paraje solitario y desconcertante, donde lo único que había eran matorrales y su propio eco de reclamo a su progenitora. La joven suiza caminó barranco abajo hasta que a la altura de la Degollada de Tasartico fue recogida por un vecino de la zona, quien la llevó hasta la comisaría de La Aldea para que pusiera la denuncia de la desaparición de su madre.

Contradicciones

Durante meses, agentes de la Guardia Civil, efectivos de Protección Civil y voluntarios de la Cruz Roja y de Giors (Grupo de Intervención Operativo de Rescate y Salvamento) buscaron a la turista desaparecida sin resultado alguno. "Se detectaron las zonas donde pudo haberse ubicado la extranjera, pero el problema fue que la hija se contradecía constantemente en la descripción del camino y dificultaba el proceso", señaló José Bolaños, coordinador jefe del Giors, quien añadió: "Incluso en algunas ocasiones las autoridades locales de rescate pensaron que les estaba tomando el pelo o mintiendo, ya que no tenía coherencia en ningún momento lo que decía".

Ante la desorientación de la hija de la fallecida, los agentes implicados en el rescate decidieron rastrear principalmente los caminos que van desde Mogán hasta la Degollada de Tasartico y desde ese mismo punto a La Aldea, sin dejar de prestar atención a las laderas aledañas a la reserva natural de Inagua. "Incluso la policía suiza se trasladó a la zona de búsqueda el año pasado y participó en el recorrido sin rastro alguno", apuntó Bolaños, a quien le encomendaron la cara oeste de la carretera que transcurre desde Veneguera a Mogán.

Sin embargo, el cuerpo de Clara se encontró hace apenas dos semanas cerca de El Cardonal, en el camino que une La Aldea con Agaete, es decir, en la dirección opuesta a la ruta que se había trazado para la búsqueda.

"El cuerpo fue hallado a unos seis kilómetros de la zona que examinamos en su momento, por lo que las hipótesis apuntan que la turista lesionada comenzó a andar en vista que nadie acudía a su auxilio", comentó el voluntario, quien precisó que "lo más probable es que la señora arrastrara su tobillo más de tres kilómetros y luego descendiera unos 80 metros; es más, quizás vio los helicópteros de rescate e intentó ponerse en un lugar en el que fuera visible".

Ante las diferentes hipótesis que rodean la desaparición de Klara, lo cierto es que la turista se ubicaba fuera del radio de búsqueda establecido por las autoridades y en un terreno abrupto y solitario.

Junto a los cazadores aldeanos, Felisa Martín, una gallega afincada en San Fernando de Maspalomas a la que le encanta caminar por lo parajes sureños, pudo divisar el cadáver de la extranjera. "No logro dormir desde entonces y por las noches pienso en todas esas personas que han desaparecido, como el niño Yeremi Vargas de Arinaga o la pareja de jubilados de Guanarteme", confesó angustiada Felisa, quien afirmó que el cadáver se encontraba en un sitio completamente visible para un simple transeúnte, "como si no hubiesen buscado bien e incluso la tierra olía diferente por aquella zona debido a la presencia del esqueleto", añadió.

Lo que Felisa no entiende es cómo las autoridades competentes no han señalizado debidamente los caminos reales por esta zona turística de la Isla. Barrancos que son frecuentados por extranjeros amantes de lo rural y en los que no hay servicio de socorrismo alguno. "La mayoría de los senderos a donde van los turistas no están señalizados e incluso no hay cobertura telefónica para realizar una llamada de urgencia; en cambio, en las playas enseguida las autoridades despliegan banderas y paneles informativos", reivindicó Felisa, quien puntualizó: "Como si las autoridades solo pusieran la alfombra roja por delante a los turistas de costa y a los de montaña los olvidaran".

A la espera de los resultados de la autopsia, varios indicios apuntan que Klara murió deshidratada o víctima del agotamiento que le produjo una posible insolación. "Sin agua ni comida, con una lesión en un tobillo y con esas temperaturas lo más probable es que la mujer agonizara hasta sufrir una insolación", apuntó Bolaños. Asimismo, según publica el periódico Blick, la delegada del Gobierno en Canarias, María del Carmen Hernández Bento, argumentó tras el rescate del cuerpo que la víctima "pudo haber fallecido de manera natural debido a una insolación".

A escasos metros del cadáver de la fallecida había un reloj de muñeca y un bolso. Un reloj al que, quizás, Klara nunca dejó de mirar durante la larga espera de su rescate en el fondo del barranco y que marcó las últimas horas de su vida.

En lo que va de año, la Guardia Civil de la Comandancia de Las Palmas de Gran Canaria ha efectuado un total de siete rescates de turistas en montaña, de los cuales cuatro eran propiamente senderistas y dos se habían perdido.