Arucas, en especial la localidad de Bañaderos, recibió ayer con dolor la muerte de Adolfo Santana Hernández y su hija Imaina de siete años, quienes fallecieron el pasado jueves al inhalar monóxido de carbono de una estufa de leña en la vivienda que ambos residían, en la localidad segoviana de Cabezuela. "Conocía a su familia", aseguró ayer Ángel Víctor Torres, alcalde de Arucas, quién destacó que el fallecido, según le habían comentado quienes lo conocieron, "era una persona afable, con buen humor y tremendamente bondadosa".

En Bañaderos vivió su infancia. Como recordó Carmelo Hernández, de la Asociación de Vecinos El Puertillo, "estuvimos juntos en el colegio y recuerdo que jugábamos al fútbol, pero hacía muchos años que no sabía nada de él". Durante la mañana de ayer el pueblo comenzó a tener noticias del fallecimiento de Adolfo Santana. Carmelo Hernández indicó que fue a través de LA PROVINCIA / DLP como se enteró de lo ocurrido tras ver la fotografías publicada debido a que le había perdido la pista. Y es que Adolfo abandonó Bañaderos junto a parte de su familia, que se mudó a vivir al casco de Arucas. Aunque algunos de los miembros decidieron irse a la Península, como hizo el fallecido, que desde hacía once años residía en Cabezuela.

El regidor aruquense apuntó que Adolfo Hernández pertenece a una amplia familia conocida en el municipio, e incluso uno de sus sobrinos fue hace escasas fechas Campeón de España de Palomo.

El cuerpo de este aruquense de 49 años recibirá sepultura junto al de su hija a las 13.00 horas de hoy en el cementerio de Cabezuela, según detalló ayer la alcaldesa de la localidad, Ana María Agudíez.

Por su parte, la mujer de Adolfo y madre de Imaina, Beatriz A., quién sobrevivió al fatal incidente, continúa en la UVI del Complejo Asistencial de Segovia y su estado es grave. Los médicos la mantienen sedada e intubada.