La Guardia Civil investiga a una mujer que ha asegurado a través de Facebook haber hallado una cueva en el sur de Tenerife con 700 momias guanches pero que se ha negado a desvelar su ubicación, según alega, por temor a que sea expoliada. Ante la gran repercusión que ha cobrado la historia de Carmen Dolores González en las redes sociales, agentes del cuerpo le están haciendo un seguimiento a su muro de Facebook, aunque le dan una escasísima o nula credibilidad.

Carmen Dolores González, que dice ser aficionada a la naturaleza y la historia, lleva varias semanas colgando informaciones, con un lenguaje atropellado y teorías con escaso o nulo rigor histórico, sobre esta hipotética cueva. Los agentes que siguen sus comentarios creen que todo es una invención, inspirada en el mito de la cueva de las mil momias guanches, pero mantienen el seguimiento por si hubiera encontrado algún resto, nunca una cueva sepulcral de la envergadura de la que dice haber hallado. Hace cuatro años se publicó La cueva de las mil momias, una novela, obra de Antonio Tejera Gaspar, David Galloway, Daniel García y Juan Francisco Delgado, que busca desentrañar los misterios de un hipotético recinto funerario guanche. La obra mezcla la investigación con recursos propios de la novela de misterio.

La mujer, que en sus últimos relatos dice estar preparando una rueda de prensa para revelar su secreto con un grupo de investigadores sobre cuya procedencia tampoco ha aclarado nada, afirma que en la cueva, que sitúa en algún lugar de Ifonche, Adeje, también hay "2.731 pieles escritas llenas de información". Asimismo, afirma que hay 2.100 tinajas, cuchillos, agujas y otros utensilios. "¿Quieren mi descubrimiento? Búsquenlo, a lo mejor están a tiempo antes de la rueda de prensa. Muévanse que les he dado varias pistas para encontrar cosas valiosas de la civilización guanche y solo esperan que se lo den en la manita con denuncias. Todo se está preparando para demostrar mi verdad en la rueda de prensa y, en ese momento, entregaré la cueva guanche, la que he descubierto. No tengo miedo a nada ni a nadie", escribe en uno de sus últimos escritos.

El Cabildo, con el que colabora estrechamente la Guardia Civil para la protección de los lugares de interés arqueológico, conoce las historias de Carmen Dolores González, aunque fuentes de la Corporación consultadas por este diario no quisieron pronunciarse sobre este caso en concreto. Sin embargo, coincidiendo con estas narraciones ampliamente comentadas en las redes sociales, pese a su evidente inconsistencia histórica y carácter fantasioso, el Cabildo lanzó ayer una advertencia clara a través de un comunicado oficial. La Corporación, principal responsable de la investigación y protección de cualquier resto que aparezca en la Isla, recordó a los ciudadanos que "si encuentran restos humanos, estructuras o cualquier otro objeto arqueológico deberán ponerlo inmediatamente en conocimiento de la autoridad competente". "Si las apariciones se produjeran durante una obra o movimiento de tierra, deberán suspenderse de inmediato los trabajos", matizó.

"Las personas que no lo comuniquen estarían incurriendo en una infracción grave, que está tipificada en la Ley del Patrimonio Histórico de Canarias con multas hasta de 150.000 euros por ocultar a la administración los hallazgos casuales de objetos arqueológicos", deja claro el Cabildo, que recuerda que "la publicidad o la información engañosa pueden incentivar a potenciales expoliadores o curiosos y la proliferación de prospecciones no autorizadas por parte de personas no cualificadas".

Asimismo, informa de que actualmente el Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil colabora con el departamento de Patrimonio Histórico del Cabildo y recuerda a los policías municipales, alcaldes y concejales que "deben ponerse en contacto inmediatamente con la Guardia Civil o el Cabildo si tienen conocimiento de hallazgos de estas características".

Cristóbal de la Rosa, consejero de Cultura y Patrimonio Histórico del Cabildo, explicó ayer a este diario que la ciudadanía debe ser consciente de la importancia que tiene una rápida actuación de los investigadores oficiales para preservar y contextualizar cualquier resto arqueológico. "Si alguien encuentra algo, no debe tocar nada, sino dejarlo como está y avisar al Cabildo, la Guardia Civil o al Ayuntamiento. Cualquier mínimo movimiento puede desvirtuar los estudios posteriores", dijo. De la Rosa informó de que el Cabildo recibe una docena de llamadas al año de vecinos que alertan de la aparición de posibles restos con un potencial interés histórico.